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Revista Siete Días Ilustrados
27.02.1975
carta
La solidaridad, cuando es ejercida por todo un pueblo, se
trasforma, de algún modo, en un acto comunitario que trasciende lo
meramente cívico. El hombre, si se trata de ayudar al hombre
—violando aquel axioma que pretende que es el lobo de sí mismo—,
es capaz de renunciar a todo tipo de recompensas materiales y a
los odiosos egoísmos que los pesimistas siempre le endilgan. La
semana pasada, dos hombres de Siete Días presenciaron —y
documentaron— el mancomunado esfuerzo de un grupo de argentinos
empeñados en una tarea poco menos que titánica. Junto con el
fotógrafo Mario Paganetti, el redactor Roberto Vacca se internó en
las soledades patagónicas de Puerto San Julián, en la provincia de
Santa Cruz, para ser testigo de cómo todo el pueblo participa
obstinadamente en la búsqueda de un hundido galeón del siglo XVI,
naufragado en esas turbulentas aguas. La historia, tan apasionante
como un cuento de piratas y desventuras, es también la crónica de
un bello acto de solidaridad y convivencia. Que cientos de
individuos participen de esa quimera, sin preocuparles el tiempo
que pierden o las energías que gastan, sin obtener un beneficio
personal a cambio, es algo que renueva nuestra confianza en el
hombre y en el país. Esa nota se despliega a partir de la página
50.
EL DIRECTOR
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