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Revista Siete Días Ilustrados
30.05.1975
carta
La puesta en marcha del concurso de cuentos policiales (cuyas
bases y recompensas presentamos en la edición anterior y se
reiteran en ésta, en la página 56) era una vieja aspiración de
Siete Días: desde su nacimiento, la revista se hizo eco del
quehacer literario, ofreció anticipos de libros notables,
entrevistó a los más importantes —pero no siempre los más famosos—
escritores del mundo; número a número, una sección de crítica
brinda, con total independencia de criterio, el panorama de
novedades en el campo de la narrativa, una guía que —nos consta—
los lectores aprecian debidamente. Si algo nos faltaba —telefoneó
un lector, el lunes último— era tomar esta iniciativa, "un intento
que procura aliviar la falta de incentivos que padecen los
aficionados a la creación literaria en toda Latinoamérica". Bueno
es aclarar que si optamos por encauzar ese estímulo a través del
género policial es porque suponemos que ningún otro concita más
preferencias (y, por lo tanto, ninguno propone un desafío tan rico
en posibilidades, tan inquietante) y también porque parece
indispensable reafirmar los valores de dicho género,
tradicionalmente menospreciado: por lo menos desde los años 50
—con el auspicio del desaparecido quincenario Vea y Lea—, ningún
órgano de comunicación escrita encaró un plan específico en este
sentido, así de amplio y tan gratificante. Las primeras
respuestas, obtenidas hasta el cierre de esta edición nos permiten
conjeturar que hemos dado en la tecla, que la organización de un
certamen de este carácter era casi una obligación de Siete Días.
EL DIRECTOR
Foto de la portada: Osvaldo Dubini
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