Revista Siete Días
Ilustrados
14.03.1975
La Andrea del Boca
norteamericana se llama Brooke Shieids, tiene
9 años y sus promotores piensan convertirla en
un monstruo sagrado de la década que viene. Y
no pierden tiempo: por lo pronto, ya han
desechado la imagen angelical, tierna e
ingenua de la nena (atributos que constituyen
la base del encanto de la vernácula Andrea) y
han bocetado un precoz símbolo sexual,
convenientemente pintarrajeado. Esta foto de
Brooke venía acompañada de una breve
referencia, destacando que tiene "una hermosa
boca sensual, larga cabellera ondulada y ojos
claros", y que fue requerida recientemente
para publicitar cremas de maquillaje y
champús: su cachet —"todavía modesto"— es de
50 dólares la hora. Con el propósito de crear
explicables expectativas, en los contratos de
trabajo sus agentes hacen constar que la
Shieids sólo permitirá que le fotografíen el
rostro.
Carta
Sometidos a imponderables
—hechos que la inteligencia no puede
controlar—, los seres humanos suelen exagerar
su pavor o caer en el pánico. Es un deber de
los medios responsables de comunicación
otorgar a las noticias (sobre todo las
espeluznantes) su justo valor, desoyendo
incertidumbres y esquivando los riesgos del
sensacionalismo. Los lectores saben que Siete
Días no exacerba esas debilidades ni se somete
al juego fácil de las versiones y los
infundios. Siete Días obtiene su información
de periodistas profesionales, que nunca se
escudan tras un seudónimo, de agencias
probadamente sensatas, de órganos de prensa
asociados (como L'Express y Newsweek) que
ganaron su prestigio a fuerza de severidad en
el tratamiento de los temas. Desde luego, para
cierto sector de público es posible que este
temperamento reste atractivo a la revista, ya
que está probado que las alarmas gratuitas
satisfacen a lectores masoquistas; en fin,
aquí nadie está dispuesto a alimentar esa
clase de regocijos. Prueba de ello es la nota
que se edita a partir de la página 32, en
donde se habla de un insecto calamitoso —la
abeja africana—, sobre, cuyo peligro se han
escrito últimamente decenas de artículos sin
precisar nunca la verdadera gravedad de una
eventual invasión en áreas urbanas. La misma
prudencia destila la nota de la página 52
sobre un misterio que acunan las aguas del
Atlántico Norte, tema que ha servido para
urdir más de una alocada fantasía.
EL
DIRECTOR
Fotos de tapa: Osvaldo Dubini