Revista Gente y
la actualidad
16.08.1973
DETRAS DE LA ESCENA
El periodismo tiene
estas cosas. Amarguras, alegrías, éxitos,
fracasos. Pero en cada una de estas instancias y
de las otras nunca se olvida de dejar
experiencias. A veces uno quisiera borrarlas para
siempre. Otras, quiere que nunca se vayan ni
alejen. Que siempre estén en uno porque servirán
para el futuro. Para tomar distancia cuando hay
que tomarla, para sacarla del "archivo" mental
cuando es necesario tener elementos de juicio
objetivos y valederos. Dos periodistas de GENTE
vivieron esta semana dos experiencias opuestas.
Distintas a las de la "rutina" periodística, que
nunca es rutina, pero que vale la pena contarlas:
Para los argentinos el
lugar o país más cercano que tenemos para
sentirnos "en el extranjero" es Brasil. Allí se da
la condición elemental, o sea que hay muchas cosas
que nos diferencia, desde la comida hasta el
clima. Pero, fundamentalmente, hablamos otro
idioma. Y ésa es la manera más evidente de
sentirse en otro país. Pero, ¿qué pasa cuando uno
siente exactamente lo mismo y el mapa le está
diciendo que esa tierra que pisa es la Argentina?
Esa experiencia la vivieron Ricardo Alfieri y
Néstor Barreiro, en Misiones, en la ciudad de
Bernardo de Irigoyen, donde es necesario
enseñarles a hablar español a los chicos en las
escuelas, donde se ve televisión brasileña, se
escuchan las radios de Brasil y hasta la comida es
igual a la que se come del otro lado de la
frontera. Barreiro le preguntó al comisionado de
la zona de frontera cuál era la nota más destacada
en esta "invasión" y ésta fue su respuesta: "Y,
fíjese que hasta el cementerio brasileño tiene la
mitad de su superficie en nuestro país".
El VANGUARD es el buque
madre de la NASA. En la misión del laboratorio
espacial SKYLAB cumple función decisiva para el
enlace entre Houston y los astronautas. Nunca
antes dos periodistas vivieron a bordo de esa
nave. La fascinante experiencia la protagonizaron
el redactor Rodolfo E. Braceli y el fotógrafo
González Cociña. Braceli nos contó muchas cosas,
pero hay una que vale la pena transcribir. Nos
dijo: "Estábamos en un abrumador mundo donde todo
es electrónico y funciona a la perfección. Al
tercer día sucedió que algo anduvo mal y se
descompuso en ese mundo donde todo se cumple al
milímetro, sin opción para el error. Lo que anduvo
mal fue el flash electrónico del fotógrafo. Una
ironía del destino. Pero eso no es todo: el
capitán del Vanguard, J. J. Cullen Master, y el
jefe de ingenieros, el "vasco" Anthony Guezuraga,
tomaron un destornillador y se abocaron al arreglo
de nuestro apara-tito. Cuando lo lograron se
mostraron increíblemente felices. González Cociñar
entonces, dijo: "Caray, el destornillador nunca
podrá ser reemplazado". Pero de esto y muchas
intimidades del fabuloso barco, de esos tres días,
hablará Braceli en otra nota el próximo número. En
éste damos la primicia de las comunicaciones en
algo que vendría a ser el primer "reportaje
espacial".
Hasta la próxima.
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