Revista Gente y
la actualidad
3/2/1977
Detrás de la escena
Esta historia arrancó
una calurosa tarde de verano cuando finalmente
Alberto Cognini, el humorista cordobés que dirige
la revista "Hortensia", llegó a la redacción
directamente desde Aeroparque. Habían transcurrido
menos de 24 horas desde que hicimos el llamado
telefónico a Córdoba y sólo restaba hacerle la
propuesta. La pensó un minuto y luego vino un sí
rotundo. Es que le habíamos propuesto que tomara
vacaciones por nuestra cuenta. El y su familia
(Sara, su esposa, y los tres chicos). El objetivo
consistía en que Cognini recreara con los suyos,
en diferentes centros turísticos veraniegos, los
hábitos y costumbres de los argentinos. Debía, eso
sí, tomar debida nota de los sucesos cotidianos, y
plasmar el buen humor que suele impregnar en sus
dibujos y comentarios habituales.
Todo eso suponía la
mudanza de Cognini y familia de un extremo al otro
del país. Afiatar los detalles que permitieran a
todos coincidir con las preparaciones de por lo
menos tres viajes que necesitaban de un
consentimiento por cinco. Una coincidencia nada
fácil si se tiene en cuenta que había que
considerar desde las obligaciones periodísticas de
Cognini en Córdoba, hasta los programas de salidas
que ya habían diagramado sus hijos. Pero dijo si.
A partir de allí
pasaron dos cosas. Una: tuvimos que prepararle a
Cognini todo el plan de vacaciones. Dos: empezamos
a envidiar a Cognini desde la redacción. Lo
primero era lógico que sucediera. Lo segundo
también. Pero lo realmente importante era que las
vacaciones de una familia argentina comenzaban a
transformarse en un hecho periodístico de
importancia. De pronto comenzó a ser tan
importante recibir la confirmación de una reserva
de hotel para el director de "Hortensia", como
esperar un cable desde el exterior para completar
una nota de actualidad. Por eso las decenas de
llamadas de larga distancia que se necesitaban
para mantener vivo el "plan Cognini", tenían un
significado de peso propio. Lo mismo sucedió con
las combinaciones de vuelos, las reservas
ferroviarias, o los alquileres de automóvil. Es
cierto, la breve serie UN CORDOBES EN VACACIONES
divierte y nos divierte.
Después de todo, de eso
se trataba.
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