Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Revista Gente y la actualidad
Gente y la actualidad
27/09/1973
Tapa: Juan Domingo Perón e Isabel Martínez

DETRAS DE LA ESCENA
Es la tercera vez que cambia este "Detrás de la escena", y, por supuesto, este número de la revista. Empezamos hablando de nuestro título de tapa, que por primera vez es una cifra: 7.400.000. A pesar de los cambios no podemos ni queremos obviar lo referente a ese título, tan escueto como significativo. Siempre hemos definido bien lo que somos: una revista que mira el país hacia adentro, una revista preocupada por el país, por su gente, por sus costumbres, por su lenguaje. Desde hace un largo tiempo fuimos testigos de hechos violentos y dolorosos que no nos dejaron demasiado margen para el optimismo. Sin embargo, aun en esas crisis, dimos la cara y adoptamos una actitud positiva. Justamente esa cifra producida el domingo 23 de setiembre nos dio la razón. Es la clara demostración de que lo sombrío V lo negativo no es propio de la Argentina y de los argentinos, y de que el país quiere empezar de una vez por todas a transitar un camino elegido por él mismo. De allí que ese 7.400.000 tenga para nosotros el significado de una síntesis, de una voluntad. Basta enunciarla para advertir que está todo dicho.
Cuando todavía no habíamos terminado de elaborar esta sección empezaron las sorpresas: el fotógrafo Aldo Abaca llegó con fotos exclusivas de Perón e Isabel Martínez. Primer cambio. En función de ese éxito (cuya historia comentamos más abajo) "levantamos" páginas ya listas para incluir esas fotos. Luego, prácticamente con la revista cerrada, nos sacudió la noticia del asesinato de José Rucci, secretario general de la CGT. Entonces los cambios fueron casi totales. Mientras llegaban las primeras fotografías del suceso y los cronistas con las impresiones calientes de la calle debimos sacrificar buena parte del material obtenido el domingo y el lunes. Por eso es que los lectores no verán las escenas de la euforia de los vencedores y otros detalles que quedarán para siempre en el archivo. Como hemos dicho otras veces, "la realidad nos pasa por encima sin importarle la hora de cierre". En cuanto al grave suceso que nos obligó a los nuevos cambios —el asesinato de José Rucci—, pensamos que no invalida lo sostenido más arriba cuando hablamos de la cifra 7.400.000: al contrario, nos exige afirmar más todavía nuestra actitud.

También, por primera vez en 8 años y en 426 números, hay algo diferente en esta edición. Salimos sin el Correo, tal vez la más fija de nuestras secciones fijas. No es un capricho ni una arbitrariedad. Lo defendimos hasta el último minuto, incluso rechazando y levantando avisos publicitarios. Intentamos, también, aumentar el número de páginas, pero el escaso tiempo conspiró contra nosotros: fue imposible. Resultado: ante el acontecimiento del 23 de setiembre, y en función del riquísimo material acumulado en nuestra mesa de trabajo, debimos sacrificar — por primera vez, insistimos— el Correo de los Lectores, uno de los rincones más polémicos y divertidos de la revista. Esto no es justificación ni disculpa. Es sólo una explicación que le debemos
a los lectores. Muchas gracias por entenderlo.


Va sobre la hora de cierre el fotógrafo Aldo Abaca llegó agitado y feliz, gritando: "Entré en la casa de Perón y le hice fotos exclusivas". Sólo quienes hayan pasado largos días durante muchos meses haciendo "guardia" en Gaspar Campos saben lo que significa eso para un periodista. ¿Cómo lo logró? De un modo sencillo y directo. Aprovechando que Perón salió a la puerta de calle .para despedir a unos camarógrafos de la televisión francesa, Abaca estiró su mano a través de las rejas, le extendió sus credenciales y le pidió permiso para tomarle fotos en el interior de la residencia. Ante el estupor de los colegas del hombre de GENTE, Perón aceptó amablemente. Media hora más tarde —y luego de haberse fotografiado incluso junto al presidente electo y a su esposa— Abaca salió de Gaspar Campos con un valiosísimo rollo de fotografías exclusivas tomadas en la intimidad. Al irse, se disculpó ante Perón por la informalidad de su pedido. Y Perón le contestó: "Hizo bien. Es la mejor manera. . ."
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