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Siete Días Ilustrados
17.05.1971
"SIETE DIAS" ES LA HISTORIA CONTEMPORANEA
Con esta edición, SIETE DIAS ingresa en su quinto año de vida. Un
motivo de halago, realmente, ya que en tan breve tiempo este
semanario logró ubicarse entre los de mayor difusión y prestigio
dentro y fuera de las fronteras del país. Caso único en América
latina —un área que reconoce en SIETE DIAS a la revista que mejor
la representa—, bastó un centenar de ediciones para consolidar una
personalidad moderna y dinámica, de fuerte predicamento y digna de
ser tenida en cuenta. Lo más importante es que todo esto se
consiguió sin responder a las apetencias del público frivolo, sin
incurrir en los habituales deslices del periodismo de evasión. Su
difusión y prestigio, siempre crecientes, son entonces la prueba
irrefutable del interés de vastos sectores de la comunidad
latinoamericana por acceder a la historia contemporánea a través
de un lenguaje claro, sin tapujos, y de una palabra incapaz de
subordinarse a ninguna de las formas de la tendenciosidad. Es
notable que SIETE DIAS compita estrechamente —en cifras de
circulación— con otros medios, los de más fácil consumo, siendo
que no es afecta a las concesiones ni a la adulonería, que no
profesa el sensacionalismo, que no explota las idolatrías ni se
solaza en la contemplación de la trivialidad. Concebido sobre
estos términos, el arraigo de SIETE DIAS demuestra, palmariamente,
la existencia de un público cada vez más exigente, ansioso por
conocer e interpretar el mundo que le ha tocado vivir, y por eso
necesitado de un espejo fiel, sincero, nada proclive a
distorsionar las imágenes. Ese es el objetivo que SIETE DIAS se
propuso alcanzar a partir de su número uno, que ganó la calle el16
de mayo de 1967; si pudo lograrlo es por dos razones básicas: como
se dijo, por la aceptación que le tributó su público, algo así
como un millón de lectores por semana, y también por el favor que
desde un principio le brindaron los anunciantes. Las páginas de
publicidad de SIETE DIAS están abiertas a los productos que mejor
representan el progreso de la técnica, la industria y las ciencias
del buen vivir. Es decir que la publicidad y las notas de SIETE
DIAS comulgaron desde aquel primer número bajo un mismo emblema.
A su abrigo, SIETE DIAS puede ufanarse, 209 semanas después, de
ser la revista argentina que abarca el mayor espectro de lectores,
de ser una avanzada dentro del conglomerado de revistas de
información: es, por mucho, la revista que dedica más espacio a
los temas del interior del país y a las cuestiones que más
importan a Latinoamérica; es la que ofrece las investigaciones más
documentadas sobre el hombre y su contorno (ya que puede nutrirse,
por convenios especiales, con materiales que editan los más
influyentes órganos de prensa de todo el mundo); es, en suma, una
revista que abolió los prejuicios para servir cabalmente a la
verdad, sea para radiografiar el pensamiento íntimo de Alfredo
Alcón o el drama de Vietnam, sea para documentar los chisporroteos
de la alta alcurnia o las tristezas de una escuela rural en el
chaco santafesino. Sólo de ese cóctel de temas contrapuestos puede
surgir, a la manera de un identi-kit periodístico, el nítido
rostro del tiempo presente. Tres investigaciones de mercado,
consumadas en el curso de los últimos doce meses, permiten
asegurar que ésos son los atributos básicos de SliETE DIAS, los
que signan la adhesión de su público. La opinión de algunos
notables "militantes" de SIETE DIAS es todavía más elocuente:
ocupan esta página y las dos que siguen; son apenas unas pocas
cartas de salutación por el aniversario que hoy se cumple,
seleccionadas entre no menos de 170 que convergieron sobre la
redacción en el curso de la semana pasada. La muestra —exigua por
razones de espacio— se pergeñó con un solo criterio: el de dar
cuenta del ampio espectro de adherentes que concita esta
publicación, algo que enorgullece a quienes semanalmente asumen la
responsabilidad de gestarla. En el recuadro de arriba, el mensaje
remitido por el secretario de Difusión y Turismo de la Presidencia
de la Nación, el periodista Edgardo Sajón.
A todos, nuestro agradecimiento. NORBERTO FIRPO
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