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Tapas de revista
Revista Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
23.10.1972
EN ESTE NUMERO
Si se hiciera una estadística "a lo Ripley" sobre las palabras más usadas en esta sección, "equilibrio" saldría favorecida —como se dice en el turf— por varios cuerpos; en general se refiere al equilibrio de temas y enfoques en una misma edición o a lo largo de un lapso determinado. Pero hay otro equilibrio más íntimo y menos conocido por el lector: el que rige la manera de repartir tareas, esfuerzos y responsabilidades entre los distintos redactores. Ocasionalmente ese balance se rompe y uno de los hombres de Redacción "es noticia", al menos internamente, porque le pasaron más cosas que a otros —anécdotas que a veces no trascienden al público— o porque su semana se pobló de accidentes, incidentes o dificultades jocosas. La semana pasada, por ejemplo, en Redacción las anécdotas giraron en torno de Luis Darío Laplacette (30, casado, nativo de los pagos de Areco e irascible centre-forward del seleccionado de fútbol de Siete Días). La primera, casi patética, lo convirtió en "juez moral" de la pelea entre los medio medianos Horacio Saldaño y Abel Cachazú, el sábado 14 en el Luna Park: aunque Laplacette había concurrido con la idea de una eventual nota sobre Saldaño —un ídolo indiscutido—, las lágrimas que descubrió en el rostro de Cachazú cuando el público lo silbó injustamente lo decidieron a cambiar su enfoque; descubrió (ver Facciones) que el verdadero personaje era Cachazú, quizás porque era menos querido que su rival. Ese mismo día LDL se había trocado de periodista en entrevistado al publicar el matutino La Opinión un reportaje a propósito del recuadro Sic de la sección Hechos y Protagonistas, columna a cargo de Laplacette y que el diario consideró "estupenda y corrosiva". El domingo, finalmente, Luis debió acompañar a la inquietante vedette Mimí Pons nada menos que al partido Boca-River en cancha de Vélez (foto de la tapa): las hipótesis sustentadas de viva voz por las hinchadas al verlo en esa compañía exceden la posibilidad de reproducirlas aquí; baste decir que un saco desgarrado y una corbata perdida fueron el precio de sus esfuerzos para evitar efusiones y ulterioridades.

 

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