Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Norman Mailer: El registro de una guerra
Temas actuales, por Norman Mailer. Emecé, Buenos Aires, 1973, 362 págs.
norman mailerA los 50 años, Norman Mailer se ha convertido en el escritor más vital y, a la vez, en la leyenda más compleja de los Estados Unidos. A los 25, con la publicación de su primera novela, Los desnudos y los muertos, comenzó una gran obra pero también un mito. Ambos, en realidad, son indivisibles, porque Mailer es el único escritor contemporáneo que se insertó como una cuña en la historia de su país y logró abarcar todos los matices y vibraciones de más de dos décadas de guerras externas e internas. En Los ejércitos de la noche (1968), esa prodigiosa novela-reportaje que testimonia el momento en que distintas capas sociales —desde serios liberales hasta hippies, combativos o pacifistas, y la Nueva Izquierda— demostraron pública, drásticamente su indignación ante la política de Lyndon Johnson en el sudeste asiático, Mailer expone una clave de su estética. La verdad de su material se le revela a un buen escritor —señala— por el filo cortante de su estilo, con la esperanza de que en cada caso su estilo sea la herramienta más adecuada para el material de su experiencia.
Esta lúcida observación explica la diversidad literaria de Mailer: novelista, poeta, cuentista, dramaturgo, periodista, ensayista. Temas actuales (cuyo título original sería Mensajes —o encargos— existenciales) incluye textos en su mayoría escritos en los últimos cinco años. En el prefacio al volumen —publicado como tal en 1972—, Mailer, sin embargo, hace una autocrítica de la actividad literaria a que se dedicó, especialmente en el último lustro. "Se trata de un momento en que, no obstante mi afán de comenzar la vasta novela tantas veces prometida, el discutible deseo de expedirme sobre los asuntos de la actualidad derivó el impulso narrativo hacia el periodismo”. Mailer se refiere especialmente al admirable Los ejércitos de la noche, Miami y el sitio de Chicago —una crítica demoledora a la “democracia” norteamericana—, De un fuego en la Luna —una incursión en la psicología de los astronautas— y El prisionero del sexo, un espléndido ataque a ciertos sectores del movimiento feminista de su país. Pero acota: "Aquellos libros de circunstancias empezaron a incluir muchos temas de la gran novela; al mismo tiempo escribí textos cortos, suscitados por diversos motivos y ocasiones, con la certeza de que si profeso alguna filosofía, ella se iba edificando por partes. De todos modos, en esos libros y esos años expresé una visión de la vida”.
norman mailerDividido en tres partes, el libro comienza con "Claves para una estética de la liza”, donde escribe sobre boxeo, toreo, teatro y cine. En el segundo texto, "Homenaje a El Loco”, un excéntrico torero le permite señalar: "También me enseñó algo sobre el misterio de la forma, me dio la clave para saber que la forma es el registro de una guerra”. Y pocos escritores como Mailer podrían afirmar que el registro de su guerra es múltiple, desgarrante. Vastos dominios, diversos territorios conforman esa guerra íntima de Mailer.
El texto que precede a ese homenaje a un torero llamado El Loco, está dedicado a Muhammad Ali. "Yo: la máxima palabra del siglo veinte. Si existe una sola palabra que nuestro siglo haya sumado a la potencia del lenguaje, esa palabra es yo. Todo cuanto hemos hecho en este siglo, desde proezas monumentales hasta pesadillas de destrucción humana, fue siempre en función de ese extraordinario estado de la mente que nos autoriza a declaramos seguros de nosotros mismos cuando no lo estamos”. Con este párrafo prodigioso, Mailer inicia su texto sobre el gran boxeador, a quien considera el "Mayor Ego de los Estados Unidos”. Cualquier persona, cualquier suceso encarado por Mailer implica un registro de esa guerra. El filo cortante de su estilo traza a cada instante el material de su experiencia: él puede escribir sobre cualquier tema y encontrar la herramienta más adecuada.
Cualquier página de Mailer es visceral; nunca llega a ser un observador. Él está detrás de cada palabra, de cada pensamiento. Mailer es Mailer, siempre. El puesto de Mayor Ego de los Estados Unidos bien podría disputárselo a Ali, porque su yo es también existencial. Y así como Muhammad Ali fue el primer boxeador negro que se atrevió a enfrentar al sistema blanco —con sus conferencias y su negativa a combatir en Vietnam—, Mailer es el primer gran narrador de su país que ha combatido (sin ningún exilio de por medio, por otra parte) la política interna y externa de los Estados Unidos. Hemingway, por ejemplo, siempre peleó del lado de Estados Unidos: en la Primera Guerra Mundial, en Italia, y en la Segunda, en Francia, y luego en las proximidades de Cuba, como suicida cazador de submarinos japoneses. Existieron sus simpatías por los republicanos en la Guerra Civil Española y por la revolución liderada por Fidel Castro. Pero Hemingway sólo buscó la aventura y la encontró, mientras que Mailer dedica su necesidad de aventura a la creación y a las mujeres, y su sensibilidad política, simplemente, a la política.
Su último libro, publicado a fines de 1972, se llama San Jorge y El Padrino; McGovern aparece como ese caballero con la lanza que enfrenta al dragón, y Nixon, como El Padrino, en una clara alusión al film de Ford Coppola que trata sobre la mafia. Sin duda, a Mailer le gustan las metáforas, pero cuando habla de política su imaginación verbal es precisa, demoledora.
Aparte de un libro de poemas, otro de cuentos, una obra de teatro, sus libros periodísticos unitarios, y de sus novelas —Los desnudos y los muertos, Costa bárbara, El parque de los ciervos, Un sueño americano, ¿Por qué estamos en Vietnam?— Mailer ha escrito tres libros semejantes a Temas actuales, como él mismo lo señala en el prefacio: Advertisements for Myself (Advertencias a mí mismo), Crónicas presidenciales y Cannibals and Christians (Caníbales y cristianos). Mailer opina que en Temas actuales, “el énfasis es menos personal”, pero observa que este volumen quizá tenga un determinado valor que los otros no poseen. “Sus partes son más armónicas, el conjunto es más coherente, el final de un artículo parece apoyar las ideas del siguiente. Cuanto se dice sobre el cine tiene relación con el boxeo, el teatro y la tauromaquia; -los textos, sector por sector, ofrecen elucidaciones mutuas”. Y no se equivoca. De “Claves para una estética de la liza” —que incluye un texto admirable sobre cine, basado en la experiencia de él mismo como realizador de tres films—, pasa a “Indicios para una estética del gabinete”, una serie de misceláneas apasionantes. A una crítica literaria —un modelo en el género, donde se detiene sobre las posibilidades de la novela autobiográfica—, cuatro prólogos (dos a libros de él), a un reportaje imaginario, a un fragmento de la entrevista que concedió a Playboy, se sucede, por ejemplo, una carta de un humor admirable.
El libro finaliza con “Manotazos para una estética de la calle”, donde escribe sobre el Poder Negro y “Política blanca”. En este tramo final de Temas actuales, Mailer una vez más confirma su agudeza para analizar la sociedad norteamericana. En una “Carta abierta a Richard Nixon”, observa: “En el horror de los tiempos modernos, nada es tan difícil de verificar como la raíz de un acontecimiento”. Con una riqueza verbal fascinante y un pensamiento espléndidamente lúcido, Mailer logra ser, en este libro, una vez más, el cronista más perfecto de un país múltiple y contradictorio como él mismo.
Marcelo Pichón Riviére
PANORAMA, MAYO 24, 1973
 

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