Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

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León Trotsky: La Revolución, la Literatura y el Arte
“El deber primordial de un revolucionario es conocer las leyes que rigen los sucesos de la vida y saber encontrar, en el curso que estas leyes trazan, su lugar adecuado. Es, a la vez, la más alta satisfacción personal que puede apetecer quien no une la misión de su vida al día que pasa.” (León Trotsky, en Mi vida, septiembre de 1929.)

Cuenta el revolucionario ruso en su autobiografía que las Ediciones del Estado de la URSS emprendieron en el año 1923 la publicación de sus obras completas: “De entonces acá [1929] han visto la luz, sin contar los cinco tomos que coleccionan mis trabajos sobre temas militares, trece volúmenes. La publicación fue suspendida en el año 1927 cuando empezó a agudizarse la campaña de persecución contra el trotskismo”. En efecto, la burocracia encabezada por Stalin inició una campaña oscurantista contra los escritos del organizador del Ejército Rojo y conductor de las masas hacia la toma del poder por los soviets: durante largos años, muchas de sus obras no fueron traducidas más que a unos pocos idiomas; hoy, en pleno auge de la revolución política en los Estados Obreros y de crisis de la burocracia soviética, el pensamiento de Trotsky se convierte, para las nuevas generaciones de revolucionarios, en una escuela de estrategia. Así, la mayoría de sus escritos son permanentemente traducidos en casi todo el "planeta sin visado” que negó, sistemáticamente, asilo en la época de persecución stalinista al militante bolchevique.

GRAN PROYECTO. Ediciones Ruedo Ibérico trazó a mediados de 1970 un plan para editar las obras de Trotsky. Hace tan sólo pocos meses editó en París —en idioma español— las dos primeras piezas
de su plan: Literatura y revolución. Otros escritos sobre la literatura y el arte; y 1905: Resultados y Perspectivas. El primer libro era conocido por los lectores argentinos, pero el segundo, 1905, constituye una obra inédita sólo traducida a pocos idiomas europeos. El proyecto editorial contempla la aparición de Escritos sobre España, La Revolución desfigurada (no debe confundirse con la Revolución traicionada, que es otra obra) y El gran forjador de derrotas. Los editores intentarán, ampliar su cometido con otros tomos inéditos en castellano: no obstante, la sola mención de 1905, Resultados y Perspectivas constituye un impacto que las librerías de Buenos Aires, pese al elevado costo de los tontitos, registraron de inmediato. Es que la obra condensa la teoría de la revolución permanente "que tanta influencia ha tenido en mi vida y que está cobrando un interés en la actualidad para los países orientales” (L. Trotsky, Mi vida) 1905. León Trotsky escribió los trabajos que forman el libro entre 1903 y 1909: se trata, en su mayor parte, de textos independientes que forman un todo. El texto más célebre es, acaso, Resultados y Perspectivas, escrito en 1906 en la prisión preventiva de San Petersburgo. En él, el autor traza con precisión asombrosa los lineamientos de la futura revolución rusa. Resultados y Perspectivas es, en realidad, un balance de las fuerzas motrices de la revolución de 1905, su comparación
histórica con el auge de la revolución burguesa de 1789 en Francia y la revolución alemana de 1848. Trotsky desarrolla, con una extensa fundamentación científica de clase, la teoría de la revolución permanente: "Por el propósito directo e inmediato —dice— que a sí misma se impone, la revolución rusa es propiamente burguesa, pues tiene por objeto emancipar a la sociedad burguesa de los grillos y las cadenas del absolutismo y la propiedad feudal. Ahora bien: la principal fuerza motriz de esta revolución se halla constituida por el proletariado, y por esta razón, por su método, la revolución es proletaria”.
Trotsky va más allá en el tratamiento de la revolución burguesa cuando afirma: “En la revolución cuyo comienzo fijará la historia en el año 1905, el proletariado avanzó por primera vez bajo un estandarte que 1e pertenecía en propiedad, hacia un fin realmente suyo. Y al mismo tiempo está fuera de duda que ninguna de las antiguas revoluciones ha absorbido tanta energía popular y ha arrojado tan escasas conquistas positivas como la revolución rusa hasta la hora presente. Para nosotros una cosa está clara: la victoria sólo es posible por la vía indicada, formulada en 1849 por Lasalle. De la lucha de clases a la unidad de la nación burguesa no hay posible regreso. En esta «revolución burguesa» sin burguesía revolucionaria, el proletariado, por el desenvolvimiento interior de los hechos es llevado a tomar la hegemonía de la clase campesina y a luchar por la conquista del poder soberano”.

LITERATURA Y REVOLUCION. La reimpresión de este volumen constituye un acierto dada la polémica existente sobre las relaciones entre el Partido Comunista y el arte, la revolución cultural, el artista y la revolución, entre otras. Opina Trotsky: "El partido —dicen algunos—, en completa contradicción con su naturaleza, en el terreno artístico adopta actitudes eclécticas. Este argumento, que parece muy contundente, es sumamente ingenuo, en realidad. El método marxista permite investigar el desarrollo de lo nuevo. El arte debe emprender por sí solo la ruta que haya elegido. El partido es guía del proletariado, no del proceso histórico. Hay terrenos en los que dirige autoritariamente; otros en que sólo inspecciona y mejora; otros en los que sólo mejora, y otros, por último, en los que se limita a una labor de orientación. No es el arte el terreno donde el partido está llamado a mandar. De ninguna manera es lícito adoptar posturas de círculo literario, que combate a otro círculo, también literario”.
La reedición de las obras de León Trotsky permitirá el acceso de una amplia masa de intelectuales a una corriente histórica del marxismo que intereses extraños (burocracia stalinista) trataron de evitar. Y quizá se avive, otra vez, la histórica polémica: trotskismo o stalinismo. ♦
E. E.
PANORAMA, NOVIEMBRE 30, 1971

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