Ir al índice de La Cocina Práctica

Bifes a la Alsaciana - Sopa de papas y tomates - Anillo de merluza - Panqueques -Fricassée de pollo - Huevos al gruyère - Buñuelos de manzana

Era junio del '66, para que nos pongamos a tono, la tortuga era Illia y la foca Onganía, sintetizar así es una pavada total pero da resultado. O te acordás por reflejo de los viejos que nos contaban de escuchar Radio Colonia a ver si se venía o no el golpe, o eras muy jopende y después quisiste saber, o escuchaste Alicia en el país... "ya no hay morsas ni tortugas" ¿Era una Morsa o una Foca? jé. El ejército advertía al gobierno (qué diferencia hoy, ¿no?): "... sea porque la ausencia de autoridad haya abierto el camino a la inseguridad, el sobresalto y la desintegración (...) Se vulnera la libertad cuando por conveniencia postergan decisiones, alentando la persistencia de mitos totalitarios perimidos, burlando la fe de algunos, provocando la incertidumbre de otros y originando enfrentamientos estériles, inútiles derramamientos de sangre, el descrédito de las instituciones que generan por igual el desaliento y la frustración de todos. El ejército tiene un deber irrenunciable de expresar con claridad su pensamiento de este preciado bien para los argentinos...". Se llamaban "planteos", pero bueno en junio no fue. Lo que era en Junio: la moda de la sastrería Muro que vestía destacando " el señorío natural del hombre distinguido", Volcán estaba al "infrarrojo" completando el mundo de la señora de la casa. Carlos Paez Vilaró pintaba a los políticos al óleo, los budistas sobrevivían como podían en Vietnam, en Uganda también andaban a los tiros, Singer, aparte de una máquina de coser hacía cocinas, estéreos-combinados, lustra-aspiradoras y Valet era la loción para la caripela masculina luego de la afeitada. Los magos seguían sorprendiendo (¿ehhh? ¿cómo lo hizo?) tanto como Oscar Gálvez que sacaba de la galera impensadas anécdotas automovilística a cuanto reportero se le acercara. Marzolini reemplazaba a Malbernat, el "tanque" Alfredo Rojas al mendocino Luis Artime y Oscar Mas la jugaba con el once a las espaldas, con Juan Carlos Lorenzo dirigiendo. El X-100 era el mejor aceite de Shell y Terry el perro de frente a casa anque una bebida alcohólica con sabor a "no me acuerdo", porque yo era chiquito y no me acercaba a la blancas bebidas, como el Ramsay añejo, salvo el agua fresca del tanque: "Tiiiiitoooo....!!! cerrá la canilla que sino no carga el tanque!!!". En fin, la vieja... disculpen el interruptus... en televisión los martes iba El Detective Millonario, el jueves Telecataplum, el viernes El Agente de CIPOL y los lunes Yo soy porteño (yo no, yo soy bonaerense ¡ojo!). Y por ahí se mezclaban Richard Kimble con El Fugitivo, La hora de Hitchcock... los apostadores tienen su oficio, y para matar contratan a un especialista... Arciel era la tela para cualquier oficinista que usara espléndida camisa. Balbín metía presión y Ken no era el novio de la Barbie sino un amplificador de apellido Brown (esta oración me costó ehhh). Rusia era tan misteriosa como lejana para el Vox (amigo!!!). Dicrolene, NOC10, EndenX, Keystone, Oscense, etc. eran todas marcas de algo... ahhh y Ford tenía Twin I Beam... ni me pregunten siquiera qué era todo eso. Yo no me acuerdo, solo recuerdo a mi vieja en el alambrado con la radio prendida escuchando radio Colonia, porque el golpe se venía... y nadie hacía nada... nada de comer y a mi todo eso me daba hambre, y ganas de comer, el estómago me hacía ruido. Chicos coman, el país los necesita fuertes, grandes y si no comen estamos en el horno. Y si no son chicos ¡¡¡IGUAL COMAN!!! las dietas se hicieron para envilecer el espíritu y disminuir el físico. ¿Dónde puse las fotos del fondo de casa... con las chabombas y medias colgando al tendal? ¡¡¡¡ carajjjmba...!!! buehhh... van la delantera de la selección y las recetas de época (si Vd. las hace ya sabe lo que es):

Selección de Futbol Argentina


Bifes a la alsaciana: dore en manteca una cebolla en rodajas. Agregue en seguida seis bifes de costilla. Cuando están dorados de un lado voltéelos y disponga sobre cada uno un huevo crudo. Condimente con sal y pimienta, cueza tres minutos más y sirva.

Sopa de papas y tomates: corte en rodajas un cuarto de kilo de papas y medio kilo de tomates; cuézalos en un litro y medio de caldo durante tres cuartos de hora. Condimente con sal y pimienta. Pase la sopa con el colador y viértala en una sopera, sobre costrones de pan. Espolvoree sobre la superficie perejil finamente picado.

Anillo de merluza: hierva 1/2 kilo de merluza desmenúcela. Trabájela con el tenedor juntamente con 200 g. de miga de pan remojada en leche. Sazone con sal pimienta y agregue tres yemas y tres claras batidas a punto de nieve. Ponga esta preparación en un molde en forma de anillo, enmantecado y cuézala a baño de María durante una hora,. Desmolde el anillo de merluza y sírvalo solo o cubierto con una salsa blanca liviana.

Panqueques: ponga en un bol 250 g. de harina. Haga un hueco en el centro y ponga dos huevos, una pizca de sal, una cucharada de aceite o de manteca derretida y un poco de leche. Trabaje la pasta enérgicamente para que quede lisa sin grumos. Agregue poco a poco medio litro de leche y perfume con una cucharada de algún licor con cáscara rallada de limón. Deje reposar durante una hora y haga los panqueques en una sartén untada cada vez con aceite o manteca, dejándolos dorar de ambos lados. Páselos a una fuente, espolvoreándolos de azúcar y sírvalos calientes, rellenos de mermelada.

Fricassée de pollo: divida un pollo en presas, sálelas y cuézalas durante veinte minutos en un litro y medio de agua, junto con unas zanahorias, una cebolla en rodajas y hierbas aromáticas. Retire las presas y déjelas escurrir bien. Páselas por 60 g de manteca caliente, sin dejarlas dorar y báñelas con un vaso escaso de vino blanco y otro tanto de caldo de cocción. Condimente con sal y pimienta, haga hervir y cueza suavemente la salsa hasta que se reduzca a un tercio. Ligue con dos yemas, agregue jugo de limón y bañe los trozos de pollo con esa salsa.

Huevos al gruyere: en sartencitas individuales haga derretir la manteca (15 g por persona), y el queso gruyère (20 g por persona). Agregue también un poco de perejil picado en cada una. Casque dos huevos en cada sartencita, déjelos cocinarse durante dos o tres minutos a fuego suave, condimente con sal y pimienta y sírvalos inmediatamente.

Buñuelos de manzana: pele dos manzanas y córtelas en rodajas. Póngales a macerar en un poco de kirsch o de ron durante veinte minutos. Mientras tanto prepare una masa de buñuelos. Mezcle 250 g de harina, una cucharadita de polvo de hornear, una cucharada de aceite, una yema y una pizca de sal. Agregue poco a poco agua tibia, hasta tener una masa que, al levantar la cuchara caiga en forma de cinta. Añada también una clara ligeramente batida y deje reposar. Pase las rodajas de manzana por la masa, cada buñuelo debe contener solo una, y fríalos en aceite caliente, escúrralos y sírvalos calientes, espolvoreados de azúcar.


(recetas y referencias históricas extraídas de la revista 7 Días de junio de 1966 y Primera Plana de ese mes)

siguiente

Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


 Ni se te ocurra tocarlo!!!