Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

URUGUAY
¿ES USTED TUPAMARO?

¿Cuándo comenzó en Uruguay la oleada de simpatía popular hacia los Tupamaros? Quizá haya sido el 23 de febrero. La noche de ese día se jugó el clásico Peñarol-Nacional, con tribunas desbordantes. Al anunciarse por los altoparlantes la recaudación (eran 11 millones de pesos), la Tribuna Olímpica comenzó a reclamar—a gritos— la presencia de los Tupamaros.
Días antes, desde la misma barricada se había aplaudido frenéticamente a Omar Caetano —el número 6 de Peñarol— cuando, con tremendo pelotazo, dejó fuera de juego a Alejandro Otero, jefe de los servicios de inteligencia de la policía y árbitro de fútbol en la primera división. "Caetano tupa" fue la rúbrica coreada hasta el cansancio por los hinchas de Peñarol, aunque el partido terminara con una derrota para su equipo.
Por aquel entonces, los Tupamaros habían cubierto ya la etapa más espectacular de su actuación pública. Iniciaron el año con el asalto a un juzgado, donde recuperaron las armas que la policía —trabajosamente— había logrado incautarles a lo largo de 3 años de procedimientos. En febrero agregaron dos restallantes éxitos de publicidad: el asalto al local de una financiera y una provechosa incursión por el casino de la sofisticada y aristocrática Punta del Este.
En la financiera Monty (organización colateral del Banco de Crédito) hicieron doblete (ver Panorama Nº 97): además de obtener importantes fondos —aspecto evidentemente secundario en esta acción— se llevaron consigo 6 libros de contabilidad. El análisis de los mismos les llevó a imputar "negocios ilegales" a una importante nómina de hombres públicos, distinguidos empresarios y hasta miembros del gabinete del presidente Jorge Pacheco Areco.
Los "financistas" no hicieron denuncia policial y el hecho tomó estado público por iniciativa de los Tupamaros. Resultado: 3 integrantes de la financiera procesados por omisión de denuncia y negocios fraudulentos; decreto del Ejecutivo prohibiendo el funcionamiento como financieras a las colaterales bancarias.
El efecto psicológico comenzó a multiplicarse. Los diarios debieron editorializar pidiéndole al público que no se entusiasmara tanto con los Tupamaros. Según "El País" —conservador—era aconsejable abandonar "ese snobismo peligroso". Porque "los Tupamaros no son los Robin Hood modernos, sino astutos delincuentes de escuela". El resto de la prensa hacía coro. "B. P. Color" tituló: "¿Salvadores? No: delincuentes". El vespertino "El Diario" llegó más lejos: centró su crítica en la actividad de las financieras y aconsejó extirparlas.

Los hombres de oro
Cuando la campaña tupamara contra las financieras alcanzaba su climax, se produjo el asalto al casino de San Rafael. Fueron 220.000 dólares, sustraídos con toda limpieza, sin ningún alarde de violencia, en sólo 7 minutos, por 7 hombres. "El golpe de los 7 hombres de oro", calificó la prensa de inmediato, Y la policía recogió la expresión en sus partes oficiales.
La investigación tomó sesgos dramáticos cuando un jefe de sala del casino admitió haber actuado como entregador, en contacto con Raúl Sendic, un nombre del que siempre se sospechó—pero nunca pudo comprobarse— que perteneciera a la dirigencia del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. 'Pero estos últimos contraatacaron: en prolijo y coqueto volante anunciaron su disposición a devolver 6 millones de pesos uruguayos. Correspondían a propinas y debían ser reintegrados a los funcionarios del casino. Porque "hay que hacer una distinción clara entre la propiedad burguesa y la propiedad de los trabajadores".
Por otra parte, la vinculación probada entre Raúl Sendic (prófugo desde 1963) y los Tupamaros, benefició a estos últimos. Sendic, de activa militancia en el Partido Socialista, cambió su cómoda vida de procurador universitario —a un paso de ser abogado— por la sacrificada convivencia con los trabajadores cañeros del norte (el sector más desposeído del medio agrario). Organizó a este núcleo de obreros rurales, trabajó con ellos en el corte de caña, obtuvo visibles mejoras en el nivel de vida de ese grupo y ha sido siempre tratado con respeto, tanto por la izquierda como por la derecha.
De Sendic se recuerdan —en las tertulias de los cafés montevideanos— sus agudas polémicas con Emilio Frugoni, el viejo líder escindido del partido socialista, conocido precisamente por la agudeza y brillantez que desplegaba en la réplica. En el trascurso de ¡una fiesta campestre abordan el tema del idioma español: ¿bondades o limitaciones? Cansado de la discusión, Frugoni —defensor del castellano como idioma rico y amplio— exhorta a Sendic a que se vaya a nadar a un pequeño lago. Para mayor irritación del anciano dirigente liberal, Sendic contesta, enfático: "No nado nada. No traje traje".
Así como sacaba de sus casillas al normalmente paciente Emilio Frugoni, Sendic ensayó luego igual operación con el comisario Alejandro Otero (el mismo que recibiera el feroz pelotazo en la cabeza). En 1963 una importante sustracción de armas largas puso a Sendic sobre el tapete. Desde entonces la policía lo ha buscado sin descanso. Llegó a decirse que residía en el exterior. La actualidad lo devuelve como inspirador de "los 7 hombres de oro". El polemista y dirigente sindical de antaño se ha convertido en conductor de un movimiento revolucionario que —para sus partidarios— es el más sólido de los que operan en América latiría y —para el resto de los uruguayos— resulta, al menos, el más divertido que pudiera pensarse.
Abanico
No sólo de Tupamaros vive el Uruguay. La semana pasada los distintos grupos del Partido Nacional realizaron una reunión orgánica. Resultados: propiciarán en el parlamento que sean levantadas las medidas de seguridad de carácter económico (la más importante: el congelamiento salarial), así como ya se levantaron las políticas. El Partido Nacional es —formalmente— la oposición, pero durante el año anterior Jorge Pacheco Areco pudo gobernar apoyado en el voto generoso de ese sector. Que ahora se muestra proclive a cambiar el rumbo.
Aparecen, entonces, señales de tormenta. Y los primeros rayos deflagran en el horizonte. El miércoles 26 de marzo la Iglesia uruguaya, por primera vez en su historia, tomó —oficialmente— una actitud política. Dio a conocer un documento elaborado durante meses por decenas de miles de católicos, trabajando
en grupos parroquiales. En síntesis, postula que "muchos políticos uruguayos" ejercen la política en provecho propio, y no al servicio de la Nación. Los acusa de estar "vinculados y comprometidos" con sectores del privilegio. Así, "aparecen nuevos vicios: menosprecio por los planes de desarrollo; intervención creciente dé potencias extranjeras en las decisiones político-económicas; la elección de la vía autoritaria para enfrentar justos reclamos". También: "limitaciones a la libertad de expresión" y "creciente militarización en las esferas superiores del gobierno".
La presentación pública del documento fue realizada por monseñor Carlos Partelli, obispo coadjutor de Montevideo. Según dijo, se trata de puntos de vista "sujetos a la libertad de expresión reconocida en la Iglesia". Pero, en su conjunto, "este documento tiene el valor de despertar a las masas para que se conviertan en pueblo consciente y activo, artífice dinámico de su propia liberación".
Todas estas presiones sumadas llevan a los observadores a la presunción de que habrá próximos cambios en el gabinete. Pacheco Areco sería partidario de tirar lastre pero, en última instancia, se niega a desprenderse de su principal asesor, el ministro de Industrias, Jorge Peirano Fació, a quien se atribuye la paternidad del esquema económico actualmente imperante. "Peirano es el gobierno", comentan los periodistas especializados. Y la oposición —blanca o colorada— apunta contra él sus cañones. Con halagadoras. promesas: apoyarán a Pacheco Areco si lo sacrifica. Lo que equivaldría a sacrificar toda la política económica, para cuyo cumplimiento la rigidez de Peirano parece una condición insoslayable.

Recuadros en la crónica___________
LOS FINANCISTAS
Las denuncias dé los Tupamaros, a partir del "affaire" de la financiera Monty, corrieron como reguero de pólvora en manifiestos y volantes. Prácticamente ningún órgano de la prensa las recogió. En realidad, nadie está en condiciones de establecer la veracidad de las mismas. Pero resulta interesante observar hacia qué sectores apunta sus cañones el movimiento clandestino:
Personas implicadas (según Pos Tupamaros):
•Carlos Frick Davies. Ex ministro de Ganadería y Agricultura. Ex presidente de la Federación Rural. Poderoso latifundista, también vinculado a la banca.
•Jorge Battle Ibáñez. Líder del sector más importante del oficialista partido colorado. Director del diario "Acción" y de "Radio Ariel".
•Venancio Flores. Ministro de Relaciones Exteriores. Aparentemente
socio de Pedro Ferrés, un magnate de la industria brasileña muy vinculado a Itamaraty.
•Ulises Pereira Reverbel. Principal asesor de Jorge Pacheco Areco. Presidente de las Usinas y Teléfonos del Estado. Raptado el año anterior por Tupamaros durante 5 días en la primera acción directa espectacular del grupo.
•Isidoro Vejo Rodríguez. Latifundista. Ingeniero. Ex ministro de Obras Públicas. A cargo de una poderosa empresa constructora que contrata con el Estado.
•Entre las empresas acusadas (por los Tupamaros) se encuentran el Banco de Crédito, del cual era síndico y accionista el ministro de Ganadería y Agricultura Carlos Frick Davies, que renunció recientemente, y el Banco de Cobranzas, cuyo principal accionista es el ministro de Industrias, Jorge Peirano Fació.

LOS TUPAMAROS
"Un tupamaro puede ser desde nuestro propio hijo hasta el más encumbrado ciudadano." Lo dicen agentes policiales, reconociendo las dificultades de su pesquisa. Que se deben: 1) a la organización celular y hermética de la organización subversiva; 2) al carácter de escasamente sospechoso que invisten todos los integrantes del movimiento. Entre ellos se cuentan:
•Juan Almiratti. Ingeniero, a cargo de una importante empresa de construcciones. Nunca se le conoció posición política. Sus compañeros de promoción universitaria opinan: "me pareció un reaccionario"; "en la militancia estudiantil estuvo siempre contra las posiciones progresistas". Desde una semana atrás es buscado como nexo entre el grupo dirigente del movimiento y las distintas células. Fue campeón de basquet; esa actividad le otorgó penetración en los más diversos círculos.
•Elvira Lerena Martínez. Bibliotecaria de prestigio, encargada de la biblioteca Artigas-Washington (propiedad del servicio de informaciones de la embajada de los Estados Unidos). Secretaria en las Usinas y Teléfonos del Estado.
•Enrique Rodríguez Larreta. Sobrino del director del diario "El País". Miembro de una de las familias más tradicionales y aristocráticas del país.
•Ana Pessi. Alta funcionaría en la Organización de los Estados Americanos (OEA).
•Jorge Maneta Lluveras. Brillante ingeniero de las Usinas y Teléfonos del Estado.
•Julio Manerales. Escultor y profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
•Eduardo Martínez Platero. Hijo de un rico plantador arrocero. Secretario general de la Asociación de Plantadores de Arroz del Uruguay.
•Honorio Rieco Eves. Jefe de sala del casino de San Rafael. Conocido vecino del balneario de Punta del Este.

Revista Panorama
1/4/1969

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