Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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1935: “Cadena de la prosperidad’’. 1945: “Cadena de los 10 pesos’’. 1958: “Cadena del dólar’’. 1967: “Cadena del billete de mil’’. 1975: “Cadena del cheque”. MAR DEL PLATA: AQUÍ EMPEZÓ TODO El 22 de agosto pasado, en el exclusivo restaurante “El plato azul”, de Alberti y Córdoba, en Mar del Plata, hubo una insólita reunión. Allí se congregaron las 30 ó 40 personas que hasta ese momento habían recibido más de un millón de pesos con "La cadena del cheque”, una fiebre que recorre el país haciendo soñar a muchos con fortunas que llegarán por correo. El cónclave de “El plato azul” estaba formado con las primeras personas que se beneficiaron con la cadena. El heterogéneo grupo estaba integrado por personas de actividades tan diferentes como las de ganaderos, comerciantes, maquilladores, cocineras, rentistas, mozos y militares. “La cadena del cheque” los había juntado democráticamente y todos pasaron a formar parte de una nueva hermandad: los que habían cobrado más de un millón. Eso ocurrió el 22 de agosto, ahora son muchos más los que en Mar de¡ Plata han superado esa cifra, mientras que los primeros diariamente siguen recibiendo cheques y algunos han alcanzado ya sumas verdaderamente interesantes. Nosotros nos propusimos establecer cuál había sido el origen de la cadena y para ello debimos hacer su progresión al revés. A| contrario de quienes se enganchan, que se preocupan por saber quiénes son los que continuarán en la lista, nosotros rastreamos en las listas más viejas hasta llegar a sus orígenes. Se decía, sin que nadie pudiera confirmarlo, que la cadena había nacido en Mar del Plata; tanto es así que al principio se la llamó “La cadena de Mar del Plata”. Las direcciones de las primeras listas parecían confirmarlo. En Buenos Aires hubo quien aseguró que la cadena había sido iniciada por les padres salesianos de esa ciudad. Otros sostenían que la empezaron los empleados del Banco Provincia. Ninguna de las dos versiones es cierta. Varios días de investigación nos permitieron llegar a la primera lista aparecida en Mar del Plata. COMO EMPEZÓ LA CADENA El 22 de junio, veinte días después del llamado Rodrigazo (e| plan de medidas económicas “de shock” que sacudió a todo el país), todo el mundo estaba perplejo ante la nueva situación. Una brusca desvalorización monetaria había sumido de pronto al país en un “realismo económico” que abría una profunda brecha de intranquilidad en todos los sectores. Mar de| Plata no era la excepción. Empresarios, comerciantes, empleados y trabajadores se preguntaban qué iría a pasar. Ese mismo 22 de junio, en medio de ese panorama incierto, regresó de un viaje a Buenos Aires el señor Eugenio Marcelo Ludovico Dahms. Traía una novedad: “La cadena del cheque”. En esa lista —la primera que ha podido detectarse— el señor Dahms figuraba en e| lugar número 11. Los diez nombres que lo precedían tenían direcciones de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. "No hay duda que ésa fue la primera lista —explica Domingo Ezeyza, quien junto con Rosario Vidala Dorna de Balza y Alberto Ciofi regentean e| restaurante “El plato azul”—. Esa lista fue vendida por Dahms al teniente coronal Ricardo Juan Riccheri, quien, a su vez, la vendió a Tinita Aráoz. Esta la pasó a las hermanas Susana e Isabel López y ellas a Clara Peralta Ramos de Varela. La negra Peralta Ramos vendió listas a toda su familia y ellos a mí. Después fue la locura. En pocos días todo Mar del Plata estaba metido en la cadena”. La posibilidad de ganar millones en circunstancias tan inciertas como las que se vivían a fines de junio, fueron un aliciente para que la cadena funcionara rápidamente. Pero además había un estímulo adicional: en Mar del Plata, durante el invierno, decrece toda la actividad. Y la cadena resultó un buen motivo para reemplazar e| cotilleo social y ocupar las obligadas horas de ocio. Motivada por un interés común, la gente se reunía y se relacionaba para seguir atentamente el destino de cada lista en la que figuraba. LA CADENA DE LA AMISTAD Esas especiales circunstancias, tiempo y conocimiento mutuo, fueron el motor que impulsó a la cadena para que desde Mar del Plata se ramificara velozmente a todo el país. De todos modos, los primeros millonarios que dio la cadena reconocen el mérito de los iniciadores o propulsores. Estos son: Ricardo Juan Riccheri, María Amalia Bos de Riccheri, Rancul Argentino Costábile, Amanda B. de Costábile y Albertina Susana Aráoz. Estas cinco personas, compradoras de la lista original traída a Mar del Plata por Dahms, fueron las que más se movieron para que circulara rápidamente. Los que, contagiados por su entusiasmo, entraron en tas listas, cobraron en pocos días cantidades nada despreciables. Por eso el 22 de agosto —día que se cumplían los dos meses de la llegada de la cadena a Mar del Plata— estos cinco propulsores fueron agasajados con una cernida en “El plato azul". Ese día cerca de 40 millonarios de la cadena se entregaron un pergamino recordatorio con sus firmas a los cinco propulsores. Se acordó que todos los días 22 de cada mes volverían a reunirse en una especie de “Club de la cadena". En estas reuniones mensuales, la hermandad de los ganadores analiza prolijamente la evolución de las listas en las que figuran sus nombres. Algunos llevan prolijos organigramas que les permite detectar cuando está a punto da cortarse por displicencia, ineficacia o falta de fe del último que figura en la lista. Es lo que llaman cadenas trancadas. En esos casos ellos mismos procuran colocar la lista demorada para que no se interrumpa la rueda de la fortuna y siga la lluvia de cheques. Reenganche es otra de las palabras que figura en la curiosa jerga de los ganadores. Los que ya han cobrado una buena cantidad siempre se hallan dispuestos a “reengancharse” en alguna lista “trancada” para que la misma siga circulando. Además, los ganadores han resuelto en una de estas reuniones darle un noble fin a parte de sus ganancias. Cada uno se ha comprometido a destinar un cheque de los que recibe cada mes a una institución benéfica de Mar del Plata. Como esta distribución es rotativa (se elije una institución diferente cada mes) los ganadores piensan con optimismo que todas las entidades de bien público de Mar del Plata habrán de beneficiarse antes que pase la euforia de la cadena. Inaugurado el año pasado, a! restaurante "El plato azul” la bastó una sola temporada para transformarse en uno de los más exclusivos de Mar del Plata. Quizá tuvo mucho que ver con este éxito la simpatía y las relaciones de uno da sus dueños: Mingo Ezeyza. Ezeyza cultiva un humor ácido y desfachatado, al estilo del de Bergara Leuman, mezclado con un admirable buen gusto tanto en la decoración del local como en la elección de los platos que en él se sirven. Sin embargo ahora durante el receso del invierno “El plato azul” se ha transformado en una especie de centro de computación de la cadena, que nada tiene que ver con su refinado estilo gastronómico. Tanto en este restaurante (al que muchos marplatenses llaman ya "El restaurante de la suerte”) como en su propia casa, Ezeyza y sus socios Rosario Videla Dorna y Alberto Ciofi dedican gran parte del día a actividades relacionadas con la cadena. Sobre una mesa, junto a gran cantidad de cheques llegados el último día, se apilan una buena cantidad de listas “trancadas”, que Ezeyza y sus amigos pro. curan ubicar para que no se corte la rueda de la fortuna. "Este asunto de la cadena —asegura Mingo Ezeyza— nos ha permitido salir de la rutina del invierno en Mar del Plata. Hasta ahora nadie cobró cifras demasiado grandes. Los que más han recibido habrán cobrado alrededor de 2 millones, que, de todos modos, no vienen mal. Sobre todo si cada día el correo trae más y más cheques. Pero lo más divertido de la cadena es que ha estimulado la amistad. Acá en Mar del Plata todos nos conocemos, pero a veces, por distintas razones, nos vemos poco. Ahora el interés común nos hace reunir con frecuencia. Pero lo más notable ocurre con las cartas que recibimos de otras ciudades. Cada cheque que llega viene casi siempre acompañado de una carta. Los textos de estas notas son variados, desde los que nos dan recomendaciones para que la cadena no se corte, hasta los comentarios más o menos frívolos, como el que acompañaba a un cheque que recibí el otro día, que decía: «Qué suerte que tenés, ¿viste?» También están los que nos cuentan cosas de sus vidas y desean que más allá de la cadena continuemos escribiéndonos. Muchas amistades epistolares se han iniciado entre gente que vive en distintas partes del país, gracias a la cadena del cheque. También aparecer los que tienen inquietudes literarias y aprovechan la ocasión. Yo, el otro día, recibí un cheque acompañado por un acróstico (un poema cuyos versos comenzaban con las letras de mi nombre: Domingo). Lo remitía una aspirante a poeta, de Quilmes. La verdad: el poema estaba horriblemente mal escrito. El cheque, afortunadamente, estaba bien”. LOS GANADORES Hubo optimismo y euforia en la reunión propuesta por GENTE. No era para menos. Ninguno de los presentes había recibido el día anterior menos de cinco cheques. Hay los que llevan cobrado hasta la fecha una cantidad que orilla los 20 millones de pesos. Un dinero llovido del cielo que, según cada destinatario, ha tenido diferentes fines. Mientras algunos lo han usado para reparar el tractor de la estancia, otros lo destinaron a cambiar de automóvil, algunas señoras a decorar su casa. En cambio, Elena Gavilán, cocinera de "El plato azul”, dejará de trabajar, y el mozo Juan Moreno usará el dinero para mudarse de la modesta vivienda en que vive. En tanto, los eufóricos millonarios de la cadena ya están pergeñando nuevas variantes de esta rueda de la fortuna. Una es una cadena cuya lista es sólo de seis participantes y cuesta 50 mil peses en lugar de los 25 mil de la original. La otra, más pretenciosa, llamada "La cadena de los ejecutivos”, se hace circular con cheques de 100 mil pesos. La cadena del cheque nació en Mar del Plata y es una fiebre que envuelve al país. Se puso en marcha en un momento en que la economía de todo el mundo comenzaba a tambalear y, quien más, quien menos, pensaba en soluciones mágicas para pasar el chubasco. Es un juego casi inocente que se apoya en la credulidad y la buena fe de la gente. Por ahora circula viento en popa a favor de un entusiasmo que no decrece. Quizá, como tedas las cosas, algún día se cortará. Pero mientras tanto le habrá servido a mucha gente para ilusionarse, para hacerse de nuevas relaciones y, fundamentalmente, para pasar el invierno. MANUEL CALDEIRO Revista Gente y la actualidad 25/09/1975 |