Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

jacques fath
EN PLENA MADUREZ HA MUERTO JACQUES FATH, EL PRINCIPE DE LOS MODISTOS
Por PIERRE DE NOIR
LA desaparición de Jacques Fath, acontecida en París el 13 del corriente, implica para Francia y para todo el mundo elegante la pérdida de un genial artífice de la moda, que se había caracterizado a lo largo de toda su vida por una muy notable sensibilidad artística. En realidad, al hablar del extraordinario modisto Jacques Fath más bien que a un simple "artesano" debemos referirnos a un “artista” en el sentido más cabal de la palabra, pues el modisto de la calle Pierre Premier fue un verdadero maestro en el difícil arte de ensalzar la belleza femenina y hasta supo infundir en sus creaciones tanta elegancia como para comercializar en Estados Unidos su moda sin restarle categoría. Por otra parte, el sentido artístico de Fath trascendió el campo de la moda, ya que “monsieur” Jacques fué un buen pintor aficionado, como que se cristalizaron en él las tendencias atávicas que le trasmitieron su abuela Carolina Fath
—que fué modista de la emperatriz Eugenia y dibujante de cuentos infantiles— y su abuelo paterno que fué pintor e inspector de Bellas Artes.
Debe ponerse de relieve que Jacques Fath era poseedor de una vigorosa personalidad y de una voluntad a toda prueba,, calidades éstas que le permitieron alcanzar el triunfo siendo todavía joven y a pesar de muchas dificultades. Sin embargo, el rasgo menos conocido pero más admirable del carácter de Fath fué su varonil arrojo, que durante la última conflagración mundial le valió una condecoración al mérito militar (la Cruz de Guerra) y que además constituyó un reivindicador desafío frente a las socorridas teorías que atribuyen a los grandes artífices de la moda, modalidades eminentemente ridículos.
Sí bien en los últimos años la vida de J. Fath fué una sucesión ininterrumpida de triunfos, durante un largo período de tiempo las derrotas se alternaron en ella a los triunfos con notable frecuencia. Nacido en Maisons-Lafitte en septiembre, de 1912 Fath sintió desde niño una manifiesta inclinación hacia la moda femenina; pero su padre —que era corredor de bolsa— se opuso a que el pequeño Jacques se ocupara de “cosa tan poco seria”, haciéndole cursar la escuela comercial y colocándolo luego como aprendiz-corredor en la agencia de Bolsa de Paillard et Lacroix.
Al fallecer su padre, el futuro "brujo de la moda" se vio obligado por las circunstancias a dedicarse a las actividades bancarias en lugar de seguir sus tendencias innatas, y más tarde ingresó en una editorial. Hasta que en 1936 el joven Jacques empezó a aprender corte y confección, dedicándose a ello “en los ratos libres”. Desde aquel momento su vocación había triunfado.
En 1937 Jacques Fath presentaba en un pequeño local de la calle Bóetié la más pequeña colección que modisto alguno se hubiera atrevido a presentar jamás: 21 trajes cuyo valor medio ascendía apenas a setecientos francos.
Pero, el suceso de la pequeña colección fué tan grande, que al año siguiente concurrió a la calle Boatie tan grande cantidad de público, que fué necesario realizar el desfile en el patio del edificio.
El triunfo permitió a Fath realizar un sueño que había acariciado durante tres años y que siempre había debido posponer por falta de dinero: casarse con Geneviéve Bouchet.
Desde los primeros momentos de su carrera Fath había contado con el afectuoso apoyo de esta mujer de extraordinaria belleza, que llegó a ser considerada la primera “maniquí” de Francia y que Chanel había elegido como su secretaria: ella decidió compartir con él los riesgos de la primera “aventura” en el campo de la moda parisiense, y fué la única modelo en el famoso desfile de los 21 vestidos.
Al iniciarse la segunda guerra mundial, el joven modisto se hallaba ya camino del triunfo definitivo, triunfo que no se hizo esperar a pesar de los eventos bélicos que paralizaron las actividades de la moda durante varios años apenas firmado el armisticio, Fath abrió una importante casa de moda en la calle Francisco I y en 1943 ya se hallaba instalada la “Maison Fath” de la calle Pierre Premier de Serbie, que fué hasta el fallecimiento de su titular una de las tres principales casas de moda de todo el mundo. De allí salió la moda de los tejidos escoceses, la moda de los vestidos delantales y los dictados para muchas de las más grandes tiendas de los Estados Unidos. Allí fueron confeccionados los vestidos para las Casas Reales de Inglaterra, Holanda, Bélgica y Suecia y ahí Fath lanzó por primera vez la idea de volver “a las melenas de 1925”.
Jacques Fath ha muerto en la plenitud de su triunfo profesional y en plena era de felicidad privada. Durante los últimos años trabajaba desde las ocho de la mañana hasta entrada la noche, alternando su tareas con algunos meses de reparador descanso en el soberbio castillo de Corbaille, adquirido con el fruto de su ingenio, y que fué a partir de 1949 sede dé fastuosas recepciones, a las cuales concurrió el “tout París”. Jacques Fath estaba enfermo desde 1952, pero no quiso nunca interrumpir su trabajo ni dejó de demostrar el más acendrado optimismo, siempre renovado frente al infaltable suceso de todas sus colecciones. Además, dió en todas las ocasiones muestra aquel fino sentido del en 1947 le permitió propio papel de modisto elegante en la película “Escándalo en los Campos Elíseos”.

-pie de fotos-
-EL EXTRAORDINARIO MODISTO Path trabajando en su “atelier”.
-LAS DAMAS DEL GRAN MUNDO se convertían, en las fastuosas recepciones del Chateau de Corbaille, en modelos de las colecciones presentadas por L Fath. Eran lujosas fiestas de gracia y colorido.

Revista Mundo Argentino
24.11.1954
 

ir al índice de Mágicas Ruinas

Ir Arriba