Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

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Linda Darnell
Estrella de la Universal

SE equivocan quienes, teniendo en cuenta los años que vienen admirando a Linda Darnell en un primerísimo plano estelar, suponen que se trata de una mujer madura. Nada tienen que ver la ciencia cosmética ni ningún otro recurso, de los muchos que dispone el sexo femenino para acrecentar o prolongar su juventud y su belleza, en la permanencia de ambas cualidades en la delicada personalidad de Linda Darnell. Su juventud no es aparente, ya que recién está cruzando la línea demarcatoria de los 30, dado que nació, exactamente, el 10 de octubre de 1923.
La explicación de su permanencia y de su juventud hay que buscarla en otros motivos. Linda Darnell comenzó a probar fortuna en la pantalla a los 14 años, y antes de cumplir los 18 no sólo se había conquistado a Hollywood, sino que lucía ya la categoría de estrella, adquirida en la más vertiginosa ascensión a la fama de que se tiene noticia.
So pena de incurrir en un lugar común, habría que decir que Linda —que desde pequeña hizo honor a su nombre— nació para ser estrella. Su debut como actriz se produjo cuando sólo tenía 10 años, representando un papel importante en el drama ‘‘Rechal”, durante una función en la escuela superior Sunset, de Dallas, Texas, lugar donde nació. A los 13 años formaba parte del grupo teatral Cathetral Players de la iglesia de San Mateo y posteriormente figuró en las filas del Civic Theatre y New Theatre League de Dallas.
En 1937 leyó un día en un periódico que se hallaba en la ciudad un buscador de estrellas de Hollywood, dispuesto a entrevistar a cuantos jóvenes tuvieran aspiraciones artísticas, Linda vistió sus mejores ropas v se presentó a tentar fortuna. El busca-talentos quedó favorablemente impresionado de ella y envió a Hollywood numerosas fotografías suyas, recomendándola con todo interés. Pasaron tres meses en el más absoluto silencio, hasta que por fin el 7 de febrero de 1938 llegó un telegrama solicitando su presencia en la meca del cine para pasar una prueba.
Durante tres semanas, Linda actuó ante las cámaras sin que al final se llegara a ningún resultado práctico, pues si bien agradó a los directivas, éstos la consideraron muy niña y le recomendaron volver al colegio.
Desesperanzada, emprendió el regreso al hogar paterno pensando que jamás sería actriz. Prosiguió sus estudios, los que completó con cursos de arte v comenzó a posar como modelo para fotografías de publicidad que anunciaban la Exposición Panamericana de Texas. Posteriormente se le asignó el cargo de recibir a los visitantes en nombre de la ciudad de Dallas, donde se celebró la feria. Estos acontecimientos la tuvieron tan ocupada que llegó a olvidarse de su fracaso.
Inesperadamente, el 2 de abril de 1939, volvió a tener noticias de Hollywood. Unas fotografías que había enviado al estudio surtieron el efecto apetecido y Linda, que contaba ahora con bastante más experiencia, pasó una nueva prueba fílmica, de la que salió airosa. Una circunstancia feliz le hizo conocer a Elsa Maxwell, quien obtuvo para ella un papel estelar en ‘‘Hotel de Mujeres". Desde entonces, ha actuado en alrededor de 40 películas, la última de ellas para RKO titulada "Barbanegra, el pirata”, sin que haya decaído en ningún instante su popularidad, que como su juventud y su belleza parecen ser insensibles al paso de los años.
Revista PBT
24/09/1954

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