Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

alberto argibay
Alberto Argibay
VIENE GALOPANDO FUERTE
UNA NOTA DE CARMEN POMES
FOTOS DE SAN SEBASTIAN

EN el grupo de actores jóvenes que el cine y la televisión van acercando a la popularidad hay uno que se destaca con firmeza por sus relevantes condiciones. Con el tipo de galán recio, que siempre gusta a las mujeres; sobrio, estudioso, concentrado en su labor, Alberto Argibay ha logrado en poco tiempo llegar a la meta con que sueñan tantos: ser el protagonista de un film importante. Considerado como uno de los valores positivos de la nueva generación de actores, Lautaro Murúa lo eligió para el principal papel de “Alias Gardelito”, cuyo estreno se anuncia para muy pronto.
Alberto es un muchacho sencillo y natural. Muy franco. Tanto que la otra tarde, cuando me encontré con él para entrevistarlo para PLATEA, no tuvo empacho en confesarme que era la primera vez que le hacían un reportaje. Esta sinceridad me agradó mucho, ya que los periodistas estamos muy acostumbrados a la importancia que se dan ciertos actorcitos sin ninguna categoría.

—¿Es usted porteño?
—No, soy del Sur, pero hace muchos años que vivo en Buenos Aires.
—¿Cómo empezó su carrera artística?
—En radio Splendid, donde trabajé ocho años. La temporada anterior pasé a radio El Mundo, donde hago radioteatro junto a Fernanda Mistral.
—¿Soltero?
—No, casado. Y padre. Tengo un hijito de un mes.
—¿No ha hecho nunca teatro?
—Sí, en los comienzos de mi carrera. Con vocacionales y algún trabajo de poca importancia con profesionales.
—¿Y no le gustaría volver a hacerlo?
—Muchísimo. Es mi mayor ilusión. Hacer buen teatro para “purificarme” de tantas cosas de baja calidad que hay que hacer a veces.
—¿Qué entiende usted por “buen teatro”?
—Bueno...pues. . . eso... Algo que merezca la pena de sacrificarse..., de estudiar. ... de hacerlo todas las noches. Yo si tuviese que representar durante varios meses una obra mala. . ¡me enloquecería!. . . La ventaja que tienen las cosas de televisión es que se hacen una sola vez. Así se pueden soportar.
—¿Qué obra elegiría para su debut teatral?
—“El juego de la virtud”, de un autor argentino: Atilio Betti. O “El diablo y el buen Dios”, de Sartre. Son dos obras que ya me las sé de memoria de tanto leerlas... Ambas son magníficas, y sería un gran placer estrenarlas.
—De sus trabajos en televisión: ¿cuál prefiere?
Argibay duda. Sonríe. Indudablemente, le cuesta decidirse.
—Si quiere que sea sincero, le contestaré que ninguno. Pero si se empeña en qué elija, le diré que “Sinfonía Pastoral” y el ciclo semanal que hice con María Aurelia Bissutti.
—Hablemos ahora de su labor en cine. ¿Cuántas películas lleva hechas?
—Pocas. Debuté, en un papel corto, en “Isla brava”, junto a Elsa Daniel. Después: “La patota”, “He nacido en Buenos Aires” y, la última, “Alias Gardelito”. Por ahí se me han olvidado algunas, “de cuyo nombre no quiero acordarme”. . .
—¿Qué opina de “Alias Gardelito”? ... ¿Será un nuevo éxito de Murúa?
—Creo que sí. Es un film hecho con mucha sinceridad. Hasta el punto de que no se ha utilizado un solo decorado. Todo es auténtico.
—¿Cómo es Murúa en funciones de dirección? ¿Paciente o nervioso? ¿Se entendió bien con él?
—Muy bien, porque es un gran director. Creo que con un par de películas más se pondrá a la cabeza de nuestros directores. Es muy consciente y sabe lo que hace. En cuanto al carácter, a pesar de que tiene fama de impaciente, como director es todo lo contrario. Muy educado, muy suave. Indica perfectamente lo que quiere ... Y sabe conferir confianza al actor, que es lo principal. Hasta el punto de que cuando alguien no lo interpreta bien y hace un par de tomas equivocadas, él se le acerca y, muy suavemente, le dice: “Muy bien... Muy bien ese gesto con las manos... Pero, ¿por qué no pruebas inclinándote hacia la izquierda? ... Y, claro, así consigue el efecto deseado, sin crearle al actor ningún complejo y, sobre todo, sin ponerlo nervioso. Posiblemente el ser actor y el haber sufrido a otros directores, le ayude a tener ese dominio de sí mismo y a saber cómo manejar el elenco.
—¿A qué actores admira usted?
—A López Lagar, Alcón, Paul Muni, Fredrich March, Vivian Leigh, Marlon Brando, James Dean... ¡Ah! Añada a esa lista a Tita Merello. Es una excelente actriz, aunque creo que está un poco equivocada al hacer ciertos trabajos. Ella podría intentar cosas de mayor envergadura, de más calidad.. . Porque tiene grandes condiciones ...
—Tengo entendido que en su último film tiene que cantar...
—Sí, pero, afortunadamente, mal. Así que si desentono todos dirán: “¡Qué bien se ha compenetrado de su papel! ... ¡Hasta la forma de cantar ha estudiado! ...” ¡Y no saben que, aunque quisiera, no lo podría hacer mejor! ... —añade riendo—. Lo que me apasiona es la lectura. Leo mucho teatro, obras de filosofía, ensayos ...
—Tengo entendido que está usted contratado para a próxima película de Kohon ...
—Es verdad. Está formada por tres cuentos distintos, que haremos, respectivamente, Walter Vidarte, Medina Castro y yo.
—¿Qué tres actrices los acompañarán?
—No, actriz hay una sola, que actúa en las tres historias. Aún no está elegida. Simonetti, el productor, ha ido a Europa, pues desea contratar para ese papel a Susan Strasberg.
—¿Cómo se las arregla usted para filmar haciendo al mismo tiempo radio y televisión?
—Sacrificándome mucho. Cuando hacía “Alias Gardelito” no dormía más que tres horas diarias.
— ¡Qué horror!... Realmente la vida del actor es más esforzada de lo que muchos piensan... Y, dígame, Argibay: ¿ha viajado usted al extranjero?
—Aún no. Lógicamente, deseo hacerlo. Pero como no está dentro de mis posibilidades económicas, no quiero ni pensar en ello. Me pasaba igual con el coche. No quise desearlo hasta que tuve plata para adquirirlo. . .
12 MAYO, 1961
Platea

ir al índice de Mágicas Ruinas

Ir Arriba