Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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Alfredo Alcón Después del viaje a España, Juan Antonio Bardem, el notable director español, lo ha elegido para su primer trabajo en la cinematografía nacional ALFREDO ALCÓN siente verdadera pasión por su carrera artística. Iniciado en él conservatorio que dirigiera Cunill Cabanellas fue una de las figuras destacadas del elenco de las “Dos carátulas” que tantos éxitos detentara en Radio Nacional. Su relevante vocación y sus dones naturales unidos a sus condiciones de actor serio y honesto, debían darle, poco a poco, los halagos de un triunfo bien merecido que iba a cimentarse con el paso del tiempo. “La isla de la gente hermosa”, comedia del prestigioso autor argentino Gómez Macía, en la que sólo tenía un papel de reparto fue uno de los primeros jalones de su triunfal carrera. Luego, en España, se destacó interpretando obras de Zorrilla. De regreso a la patria intervino en films junto a Tita Merello y Mirta Legrand. Su consagración todavía no era una realidad, ella se produjo después de interpretar “Las manos sucias”, “Recordando con ira” y muy especialmente “Judith”, donde el publico y la crítica descubrieron que se hallaban frente a un actor de condiciones poco comunes. Es necesario agregar que Alfredo Alcón une a sus extraordinarias condiciones en su profesión un físico que permite clasificarlo como a uno de los buenos mozos de la escena. A los veintidós años, estando en España, Alfredo se casó con Nancy Freyre, una bonita actriz que no consiguió jerarquía en la escena. Lamentablemente su matrimonio no fue duradero. A poco de llegar de España, al protagonizar “El perro del hortelano”, se sintió apasionadamente atraído por su compañera de cartel, la destacada María Rosa Gallo, quien también sucumbió a la pasión que le despertara el actor. Ninguno de los dos supo detener ese sentimiento que epilogó en la ruptura de dos matrimonios. Alcón se separó de Nany, mientras que María Rosa Gallo, por su parte, no titubeó en dejar a sus hijas y a su esposo, Camilo Da Passano, para intentar un nuevo matrimonio con Alcón, que no pasó de un simple propósito. La fama y la popularidad de Alcón acrece día a día, sus recientes triunfos en la pantalla han dicho la última palabra al respecto. Entre los films más destacados que le ha tocado interpretar, Alfredo Alcón reúne dos recientes que, de no haber obtenido triunfos anteriores cinematográficos como “Un guapo del 900”, El candidato”, etc., y de televisión como “Judith” o “Romeo y Julieta”, le hubieran valido para distinguirlo como uno de nuestros mejores actores, dado el carácter de sus personificaciones. Nos referimos a las películas nacionales "Piel de verano”, bajo la experta dirección de Leopoldo Torre Nilsson, y “Prisioneros de una noche”, bajo la batuta de David Kohan, ambos directores vanguardistas, exponentes directos de una evolución fílmica en nuestra medio con excelente proyección en el extranjero. En el primero de los films, la labor es extraordinaria. Debe jugar la dolorosa vía crucis de un joven enfermo con sus días contadas y su inefable deseo de vivir para gozar de la vida, amando... Pues bien, Alcón tradujo con extraordinaria naturalidad las diferentes facetas emotivas de su personaje, el relevante del conjunto, sin rebajar por supuesto, al de su partenaire, realizado por Graciela Borges, actriz que cumplió un buen trabajo, pero de menor exigencia en el orden interpretativo. En cuanto al segundo film, en el cual le tocó compartir el rol estelar con María Vaner, la historia, vulgarísima, adquirió gracias al sortilegio de la cámara conducida con verdadera maestría, y de sus intérpretes, una fuerza y un valor acrecentado durante su transcurso en forma extraordinaria. En ella Alcón personifica a un peón del mercado de Abasto, sin mucho que puntualizar, exceptuando su amor sublimado por la sencillez de su profundidad. Su faceta expresiva es tal que, junto ala de María Vaner, logró una de las más hermosas presentaciones del cine argentino. FILM CON BARDEM Actualmente Alcón se encuentra filmando una película largamente ambicionada por su realizador, Juan Antonio Bardem, español, que se incorpora así a la cinematografía nacional. Responde este acontecimiento a las gestiones realizadas por el escritor Eduardo Borras, productor del film, en un viaje que hiciera a España, donde ambos establecieron contacto y donde posteriormente llegaron a un acuerdo total en los menores detalles del plan que se concretó alrededor del 15 de mayo. La idea del libreto es del propio realizador hispano y la adaptación de Guardo Borras. El título de la producción parece ser “Crónica negra”. Con Alfredo Alcón como protagonista no nos cabe duda que será una gran muestra de nuestro cine moderno. Y estamos seguros también que ella abrirá definitivamente para el astro las puertas de la fama internacional. Revista Cuéntame julio de 1962 |
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