Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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AVELLANEDA DE HOY Lo mejor de Avellaneda es su gente ... Toda su gente, que conforma la actualidad “del otro lado del puente”. De lo de ayer —café, tangos, fútbol— quedan páginas desdibujadas por la pátina del tiempo. Los recuerdos, tal vez, obligan a seguir. Por eso, esta Avellaneda de hoy grande, multitudinaria, es realidad y ejemplo de progreso. Esto no es ningún milagro, o puede ser “el milagro” del trabajo, que todo lo consigue ... Así, tan grande como una provincia, gozando de privilegiada posición geográfica, Avellaneda —sueño de pioneros— es el espejo de lo grande y febril que es nuestro país, siempre avanzando en procura de su destino. La cinta del Riachuelo no es suficiente para apagar los latidos del corazón de toda una ciudad que trabaja y sueña ... Ni la historia puede parar la evolución constante de un pueblo que sabe a dónde va y conoce perfectamente lo que quiere. ¿Qué pasa en Avellaneda? La pregunta de Neustadt es una insinuación de “Cabildo abierto”... Nos ponemos en campaña. Dos días después cruzamos el puente. Y estamos frente a José Luis Otero. Ahora somos nosotros: —¿Qué pasa en Avellaneda? —Muchas cosas... ¡Como en todo lugar que se trabaja! La respuesta ha sido seca y rápida. Una estocada respondiendo a otra. José Luis Otero, desde el otro lado de la mesa escritorio, parece estudiarnos. Este es el hombre a quien, después de una “persecución” de cuarenta y ocho horas, debemos entrevistar. La dilación, lo reconocemos, no ha sido por su culpa: agenda completa, imposibilitaba el encuentro. Además nuestra requisición tenia por base disponibilidad de tiempo suficiente para extensa charla. —¿Qué clase de trabajo, intendente, político? Otero parece no dar importancia a nuestra agresividad. —Bueno responde—, todo trabajo es político. Muy especialmente el que tiene relación directa con la comunidad. En economía, relaciones humanas, obras públicas, en fin, debe concebirse y realizarse en base a una política que anticipe resultados, evitando errores y sorpresas. Hace una pausa y prosigue antes de que intervengamos. —Nada escapa a la política, en el sentido de su filosofía. Hasta en el propio hogar existe en aspectos fundamentales, que van desde lo simple y cotidiano hasta el proyectar el futuro de todos cuantos lo integran. —Estamos de acuerdo —respondemos—. Pero queremos saber hasta qué punto su militancia en el justicialismo incide sobre sus actividades al frente de la Comuna. —Esa condición, precisamente, me permite tener conciencia de lo que es pueblo. Y cuáles son las cosas que por él, por su bienestar, se pueden realizar. Además, no estoy en este puesto como político sino como funcionario que tiene misión a cumplir. Es decir, que juntamente con el equipo de excelentes colaboradores que me rodea, nuestra misión no está delimitada. Trabajamos para toda Avellaneda con absoluta prescindencia de intereses partidarios. Cuando fui honrado con esta designación estaba consciente que, al aceptarla, estaría frente a críticas y ataques. Evidentemente esto puede haber sucedido. Pero nada ha detenido nuestra marcha ni nuestros objetivos. Las críticas interesan y merecen todo nuestro respeto, mientras sean constructivas. Resultan hasta una forma muy importante de colaboración ya que, lógicamente, pueden existir, márgenes de errores cuando se trabajó intensamente. Con referencia a los ataques, quedan en el haber de quienes los hacen. No tenemos tiempo para detener la marcha. (Calderón viene a nuestra memoria: “... que errar lo menor no importa, si acertó lo principal”.) Esto hombre sereno, no muy bajo, fornido, que estrecha la mano con firmeza e imprime a sus palabras energía mesurada, tiene, por lo visto, un panorama amplio. EL SEÑOR MARTILLERO José Luis Otero (52 años, casado, cuatro hijos y un nieto) nació un 17 de marzo bajo el signo de Piscis, en su tercer decanato. (Como buen pisciano tiene voluntad y no rehúye responsabilidades.) Es balanceador y martillero público, titular de la firma J. L. Otero y Cía., con sede en Avellaneda. Es un estudioso de la sociología. de la que obtuvo bases importantes para su desempeño político. En 1947 fue vocal titular del Partido Peronista. En 1960/61, secretario de finanzas del partido; al año siguiente, diputado electo por la provincia de Buenos Aires, en las elecciones que fueron anuladas el 18 de marzo. Durante el mismo 62 y 63 fue vicepresidente y presidente del Partido Justicialista, resultando electo convencional de la provincia en las elecciones internas del 15 de julio de 1964. Desde entonces y hasta la fecha, se desempeña como presidente de la Sociedad de Fomento y Jardín de Infantes de Quinta Galli, y también como vicepresidente de la Federación de Sociedades de Fomento de Avellaneda. En 1965 fue electo diputado nacional suplente, siendo designado en 1966 juez de Paz, cargo que no ocupó ante el advenimiento de una nueva intervención a la provincia. Le tocó actuar en horas difíciles, por todos conocidas. Y llegó a la madurez intelectual y política con un excelente bagaje de conocimientos. Pero su dilatada actuación como martillero público, a la par que su interés por las ciencias sociales, le posibilitaron un mayor contacto con distintos aspectos de la vida humana. En su pregón oficial muchas cosas terminaron... y otras tantas comenzaron. La alternativa dolorosa del vencido frente a la esperanza del que no pudiendo comenzar “vestido de nuevo”, se inicia con el saldo de lo que fue... El sabe, y lo subraya, que su actualidad de intendente “es un paso, una oportunidad que me ha sido brindada para que trabaje y sea útil”. Otero, no hacía falta decirlo, nació en Avellaneda. En esa Avellaneda de la antigua Crucecita, que fuera adornada con los históricos tablones de Independiente. En la Avellaneda del viejo y glorioso Racing, de su cancha de Colón y Alsina —hoy monumento deportivo— donde paseaban su gloria Pedro Ochoa y Natalio Perinetti. En esa Avellaneda que, todos los domingos, cesa en la trepidación de sus fábricas y se inunda, indistintamente, de rojo o azul y blanco, combinando las dos divisas que tuvieran comienzo común, cuando la incipiente ciudad se llamaba Barracas al Sud. Toda su vida transcurrió del otro lado del Riachuelo, arteria marrón a la que hoy le han puesto un enorme sombrero de hierro y cemento, para que más rápidamente transite el progreso. HORA DE UNIR Por supuesto que sabíamos que lo que queríamos de Avellaneda no solamente estaba allí, en el despacho de Otero. Calles afuera nos estaban esperando realidades y sorpresas. Pero estábamos en el tercer café, con la sala “en neblinas” por el humo de los cigarrillos. Y café con cigarrillo, equivale a confidencias. —Nuestro país se superará. Claro que eso deberá concretarse por la buena voluntad y la acción de todos, sin distinciones, cada uno dentro de su órbita de acción. Somos —prosigue Otero— una enorme familia desavenida, a la cual hay que sentarla, toda junta, alrededor de una mesa de Nochebuena para que deponga rencores y odios; para que conjugue de corazón el verbo del Amor y la fraternidad. Esto es un imperativo, puesto que solamente tendremos derechos conquistados cuando la unidad nacional exprese que lo merecemos. El pueblo, indudablemente, será fuerza motriz en los futuros acontecimientos. Pero el pueblo, que elije a sus gobernantes y vuelve siempre al trabajo, debe ser bien conducido y asistido para que sea verdad el ideal de Patria que anhelamos. El de Otero es un grande deseo. Un enorme deseo. Claro que lo compartimos, pese a todo lo que anda por allí deseando probar lo contrario. Pensamos que esa unidad no sería una mera tabla de salvación, sino el comienzo firme de hechos definitivos. Se lo decimos. —Claro —dice—. De esta etapa debemos pasar a la reconstrucción, inclusive de muchos hombres que dudan y que hasta van perdiendo la fe en el porvenir. El secreto es trabajar mucho y siempre. Sin desfallecimientos Esas nuevas generaciones que nos acusan tienen que integrarse totalmente para que, a su vez, no sean acusadas por las futuras que, inevitablemente, serán sus jueces. REESTRUCTURACION TOTAL Antes de comenzar nuestro paseo por la Avellaneda de hoy, queremos que Otero nos diga de todo cuanto atañe a su labor, y la de sus colaboradores, en el municipio. —En materia administrativa —comienza— hemos iniciado la tarea de adecuar y modernizar las actuales ordenanzas y reglamentaciones municipales para adaptarlas a las necesidades actuales y futuras. Asimismo, en materia de legislación municipal se ha creado un equipo que estudia y elabora los proyectos y estudios para una total reestructuración de la Municipalidad. Entiendo que debe darse amplio impulso a la revisión y modernización de la legislación municipal, sobre todo a aquella que reglamenta el funcionamiento socioeconómico del partido, de acuerdo a las necesidades cada día más crecientes de una ciudad en permanente evolución. Agreguemos que la Dirección de Legislación y Digesto Municipal, aparte de esta tarea realiza otras complementarias, como ser actualización de la legislación provincial y nacional y su fichado; elaboración de proyectos de legislación y respectivos informes a la autoridad municipal sobre materia, edición del boletín municipal y material de consulta, complementando estas tareas con el funcionamiento del taller gráfico que abastece a toda la administración. Es nuestra especial preocupación —continúa— la seguridad e higiene de la población. Exigimos el fiel cumplimiento de las ordenanzas vigentes y ofrecemos esclarecimientos de los aspectos normativos de las mismas, como forma de disminuir las infracciones. Por supuesto que aplicamos las sanciones correspondientes con severidad, cuando las soluciones no surgen del diálogo constructivo. Ya hemos tomado mucho tiempo del señor Otero. Existen audiencias pendientes. Preferimos solicitar el asesoramiento de sus secretarios, a lo que accede inmediatamente. Al despedirnos, nos hace prometer que lo tendremos al tanto de la manera cómo se desarrolla nuestra labor porque “ésta es una administración de puertas abiertas, dispuesta a responder todos los interrogantes”, recalca, al darnos un apretón de manos tan fuerte como el que nos hubiera dado Karadagián. OBRAS SON AMORES Ahora estamos con Juan De Stéfano (37 años), secretario de Gobierno, “hincha” de Racing, como la casi totalidad del equipo administrativo. (“Somos más los seguidores de la «Academia» que los de Independiente”, acota. Antes de ocupar su actual cargo, fue secretario administrativo del gremio metalúrgico, seccional Avellaneda, y concejal y presidente del bloque de ediles. —Las direcciones que dependen de mi secretaría vienen realizando una labor altamente eficaz. La de Cultura, por ejemplo, tiene a su cargo el mantenimiento del teatro Roma, de la compañía vocacional de teatro y de la Casa de Cultura. En este rubro se invierten sumas importantes, ya que numerosos institutos de los que dependen las distintas escuelas dedicadas a elevar el caudal cultural del municipio precisan la presencia constante de medios que posibiliten su trascendente labor. Ejemplo de ello es el Instituto de Música, que cuenta con una de las escuelas musicales más importantes del país, de cuyo seno han surgido figuras de renombre. Otra mención muy especial debe hacerse al Instituto de Educación por el Arte, el que tiene a su cargo la concreción en forma bienal de un encuentro artístico de todos los niños del mundo, en nuestra ciudad. En cuanto a la Dirección de Tránsito, De Stéfano nos informa. —Tránsito no es una oficina simplemente recaudadora, sino directiva. En nuestra ciudad el trámite de registro de conductor se entrega en el día. Estamos preparando la realización de cursos de educación vial, destinado a colegiales, que se llevarán a cabo en el parque Sarmiento. En cuanto al cementerio, no hemos descuidado sus necesidades. Ya se han efectuado distintas tareas tendientes a reparar y a aumentar sus dependencias. Aumentaremos su capacidad con la construcción de nuevos pabellones y nichos. La limpieza pública obliga nuestra constante atención. Antiguamente, de cuatro mil calles pavimentadas se limpiaban solamente mil. Los basurales han dejado de ser un problema, por el establecimiento del relleno sanitario y la utilización de zanjadoras. Los residuos de Avellaneda y Quilmes son inmediatamente tapados, evitándose todo tipo de mal olor y contaminación. Es tanto lo que queremos saber, que de una secretaria pasamos a la otra, solicitando y cotejando datos. En la de Obras Públicas, nos atiende su titular. Ricardo Bahileres. —Cuando el señor Otero se hizo cargo del municipio, lo encontramos destrozado en cuanto a pavimento, desagües, etc. Además, existían muchos proyectos de obras a realizar carentes de estudios y pesquisas. Así las cosas, nuestro primer paso fue la elaboración de un vasto plan de obras, que se inició y será cumplido por etapas, para poder ofrecer a la población la totalidad de los servicios que reclama. Entre las obras más importantes, consideramos la de repavimentación de calles como la de acceso al puente Victorino de la Plaza, de la Av. Mitre, entre Maipú y viaducto General Paz, y otras de suma importancia. Los estudios sobre pavimentación y repavimentación de más de 500 cuadras están siendo agilizados, ya que dentro de noventa días se llamará a licitación. Completando la información del secretario de Gobierno, sobre el tratamiento de residuos, el señor Bahileres, nos anuncia. —Aunque no es obra iniciada por el presente gobierno, nos cabe la satisfacción de anunciar al pueblo de Avellaneda y al de comunas vecinas que la planta industrializadora de residuos, después de superar múltiples inconvenientes, estará en marcha dentro de los próximos ciento veinte días. En esta obra ya se llevan invertidos trescientos cincuenta millones de pesos moneda nacional. En pavimentación y repavimentación, se ha desembolsado mil quinientos millones de pesos. Una idea del ritmo de los trabajos la da la permanente actividad de doce cuadrillas ocupadas solamente en mantenimiento de calles y en trabajos de emergencia. Finalmente, quiero expresarle que comenzaremos en breve la pavimentación de la Av. Mitre, en el tramo aún no hecho, y de la calle Belgrano, ambas de gran importancia para la comunidad. RECURSOS INSUFICIENTES El contador público nacional Agustín Boero (49 años, casado, dos hijos), secretario de Hacienda de la Municipalidad, realizó siempre su actividad como profesional libre. Con toda cordialidad nos da una imagen completa de todo cuanto concierne a la actividad económica del municipio no dejando de lado aspectos importantes que se refieren a su desenvolvimiento. De la Secretaria de Hacienda de la Municipalidad dependen los siguientes organismos: 1. La Dirección de Rentas: encargada de la liquidación, contralor y verificación de todas las tasas y tributos municipales; 2. Contaduría Municipal. 3. Tesorería General. 4. Oficina de Compras. 5. Oficina de Registro Mecánico, todas ellas organismos administrativos. 6. Dirección de Abastecimiento, que tiene a su cargo la normal provisión de artículos de primera necesidad para la población, contralor de precios y de calidad de las mercaderías expendidas. En materia de presupuesto debe decirse lo siguiente: El presupuesto para 1972, actualmente en estudio en la subsecretaría de Asuntos Municipales, fue proyectado en la suma total de ocho mil millones de pesos moneda nacional. De ese total corresponderá aplicar a los servicios especiales urbanos (obras públicas, limpieza, recolección de residuos, alumbrado público, mantenimiento de pavimentos, etc.) la suma de 3.416 millones, o sea el 45 por ciento; para Salud Pública (hospitales Fiorito y Wilde, dispensarios, salas de primeros auxilios, profilaxis, medicina preventiva, consultorios odontológicos, etc.), la suma de 1.786 millones, o sea el 23 por ciento; para la Administración general, la suma de pesos 1.396 millones, o sea el 19 por ciento. Para acción social, la suma de 475 millones, o sea el 6 por ciento, y para reserva (crédito para aumentos de sueldos), la suma de 600 millones, o sea el 7 por ciento. El problema financiero fundamental de la Municipalidad de Avellaneda estriba en los siguientes aspectos: 1° — La Municipalidad, desde siempre, ha tenido a su cargo el mantenimiento total de los hospitales Pedro Fiorito y Wilde, salvo una reducida subvención de la provincia de Buenos Aires, no recibiendo subvención alguna del gobierno nacional. Dicha subvención, para gastos de funcionamiento, fue en 1971 de 32 millones de pesos moneda nacional. Si se compara esta cifra con el presupuesto de ambos hospitales, que para 1972 asciende a la suma de 1.400 millones de pesos, surge una diferencia notable en. la comparación. Debe señalarse con insistencia que de acuerdo a las estadísticas mensuales que elabora la Municipalidad de Avellaneda, a los hospitales Fiorito y Wilde concurren para su atención e internación alrededor del 45 por ciento de pacientes que son de otros partidos Limítrofes y no limítrofes, debiendo distinguirse entre dichos partidos los de Quilmes y Lanús y en otras proporciones apreciables de Lomas de Zamora, Florencio Varela, Berazategui y la Capital Federal, en este último caso a pesar de los variados institutos que tiene la Capital de la República. Por lo tanto. Avellaneda participa en el mantenimiento de la salud pública de otras jurisdicciones dedicando cientos de millones de pe- sos moneda nacional, que debiera dirigirlos a obras públicas fundamentales que se hallan demoradas por tal causa. 2º— Debe señalarse la baja participación que tiene Avellaneda, al igual que los demás grandes partidos del Gran Buenos Aires, en el régimen de Coparticipación Federal de Impuestos. Efectivamente, por aplicación de las leyes 14.788 y 14.390, para el ejercicio 1972 le tocará a Avellaneda la suma de pesos 252 millones moneda nacional. Esta Secretaría ha calculado en 20 mil millones de pesos, aproximadamente, la renta impositiva que los contribuyentes radicados en Avellaneda devengan a favor del fisco nacional en materia de tributaciones por los impuestos a los réditos, ganancias eventuales, ventas, internos y otros de menor significación. De la comparación de cifras surge un desequilibrio abismal entre lo que Avellaneda da a la Nación y lo que recibe de la misma. Lo absurdo de esta situación se ve bien en el hecho de que por el artículo 4º de la ley 18.873, con vigencia hasta el 31/12/71, que prorrogó el régimen de la ley 14.788, el territorio nacional de la Tierra del Fuego, con 4.000 habitantes, recibió en 1971 dos veces más participación que Avellaneda, con 400.000 habitantes, o sea 99 veces más poblado. Esta población es la radicada dentro del partido, pero hay que considerar que la migración diaria hacia Avellaneda, por ocupación de su industria y de su comercio, duplica esa cifra en las horas del día. Esta situación explica por qué el partido de Avellaneda, que es considerado unánimemente un partido rico, carece de recursos suficientes para acometer las grandes obras públicas de infraestructura que necesita para convertirse realmente en una ciudad moderna. CON EL DR. DANTE Teníamos interés, mucho interés, en conocer personalmente al doctor Emanuel Dante, secretario de Bienestar Social. Esto, especialmente, porque era de nuestro conocimiento que desde 1968 ocupa ese cargo. Además, porque siguiendo la ilación de la pregunta de Neustadt nos parecía que si en Avellaneda todo estaba normalizándose, en el hospital Fiorito las cosas no eran tan fáciles. El propio doctor Emanuel Dante (31 años de ejercicio de la profesión, autor de diversos libros y estudios sobre temas médicos), está frente a nosotros dispuesto a satisfacer nuestra fundamentada curiosidad. —Es público y notorio que el mantenimiento del hospital Fiorito es dificultoso y extremadamente costoso. Siempre ha sido una preocupación conseguir que sus servicios pudiesen alcanzar a cumplir los fines sociales para los que fueron creados. A ese fin, fue formada una comisión de cuatro miembros para actuar en el hospital, a fin de agilizar su funcionamiento. El aumento de personal especializado —que ya era un grave problema— fue posibilitado durante una visita que hiciera el Exmo. señor gobernador de la provincia, designándose treinta enfermeras y veinte mucamas. Hace poco tiempo, después de nada menos que once años de tramitaciones, fue creado el servicio de anestesiología, incorporándose a veinte anestesistas. Para el presente ejercicio contamos con la prometida ayuda del gobierno provincial, que nos asegurará la construcción de consultorios externos, ampliación de sala de pediatría e instituto de asistencia odontológica. El Fiorito cuenta con cuatrocientas cincuenta camas, que no son suficientes para la demanda existente. El de Wilde posee ciento veinte camas y tiene gran recepción de enfermos, la mayoría traumatizados por accidentes de tránsito en la ruta 2. No oculto —continúa el doctor Dante— que solamente por la decidida intervención del señor intendente, don José Luis Otero, nos ha sido posible todas las últimas obras emprendidas en el Fiorito. La remodelación de la sala de internación del servicio de neurología y la construcción de dos consultorios ya han sido terminadas. Nuestro plan es lograr que se realicen todas las obras necesarias para hacer del Fiorito un establecimiento modelo, sin descuidar el significado de otras entidades que, como el Instituto del Niño, el Dispensario Infantil Nº 1 y las muchas salas de primeros auxilios, complementan el esquema. En otro orden de cosas, el doctor Dante Emanuel nos informa que termina de ser creada la Escuela Municipal de Remo, con utilización del canal de Villa Dominico, que desemboca en el Río de la Plata. —Esto —señala el secretario— aumentará las proyecciones deportivas del municipio y reactivará a una zona costera que es importante incorporar al quehacer de Avellaneda. Es la señora Esperanza Reguera, subsecretaría de Acción Social, quien a continuación complementa. —El principal esfuerzo de los servicios sociales de la Municipalidad está radicado en las Villas. Allí se han destacado centros asistenciales, que si existe necesidad derivan los casos hacia el Fiorito o el hospital de Wilde. Contamos con atención individual a través de visitadoras y ayuda de la Municipalidad, que, inclusive, aporta materiales para la construcción de viviendas. Tenemos, también, una proveeduría que atiende las necesidades más inmediatas de la gente humilde. En materia educativa, cuenta el municipio con treinta y tres jardines de infantes y cinco centros educativos, sosteniendo, además, guarderías que funcionan en instituciones y sociedades de fomento. Todo esto sin descuidar la parte recreativa-deportiva, que tanta importancia tiene en la estructuración de una juventud sana. Avellaneda no es sólo un cúmulo de cifras, de proyectos, de calles, de progreso. Es gente. Gente que pasa, mira, sonríe... Que vive en medio de esa colmena, siendo, casi sin saberlo, una de sus muchas abejas. La importancia de Avellaneda está en su gente, “empujada” a seguir adelante. Sin parar, dejando cada vez más atrás el Riachuelo, que muestra sus cicatrices en las armazones de barcos viejos, tumbados, sucios, en la soledad orillera del olvido. Volvemos a la Gran Ciudad. De este lado del puente. Pensamos en el destino de algunos que, como José Luis Otero, son “empujados” a servir constantemente. Y nos acordamos de las palabras de Emerson: “Lo que más nos hace falta en la vida, es alguien que nos obligue a hacer aquello de que somos capaces”. ¡Ojalá el Supremo nos empuje a todos, para el bien del país! -recortes en la crónica- FIESTA DE TRABAJO Y DE BELLEZA Si usted tiene tiempo, y quiere solazar su espíritu, cruce el puente y visite Avellaneda. Allí, del 6 al 8 de abril, podrá asistir a la programación y desarrollo de la “Fiesta de la Vendimia’’. Estos coloridos festejos comenzarán el 6. en el teatro Roma, a las 21, con un show artístico seguido de la elección de la reina y las princesas, que luego serán coronadas. Dos días siguientes, actos populares, en la plaza Alsina, con actuación de artistas folklóricos. A las 20, del 8, se efectuará la bendición de los frutos, realizándose a continuación el tradicional desfile de carrozas alegóricas, que cubrirá el trayecto que enmarca toda la Av. Mitre, desde 12 de Octubre hasta Chacabuco. A las 21 de ese mismo día, habrá fuegos artificiales en la plaza Alsina y a las 21.30 se servirá una cena en los salones del Racing Club, con asistencia de autoridades. Durante esta cena habrá desfiles de modelos y serán presentados números artísticos. 120 AÑOS El 7 de abril de 1852. el entonces gobernador provisional de la provincia, Dr. Vicente López, creó Barracas al Sud. El doctor Valentín Alsina, su ministro de Gobierno, también refrendó el decreto fijando el nacimiento del partido soñado por don Martín José de la Serna, que fue su primer juez de paz. Desde entonces, 120 años, mucha agua pasó por el Riachuelo. Y todo se fue transformando, multiplicando, hasta llegar a esta Avellaneda que es presencia viva en el constante progreso del país. Pero Avellaneda, como todo lo que perdura, no es síntesis del esfuerzo de algunos. Fue “hecha", amasada, transpirada, levantada, en fin, por la energía común de sus habitantes y por valiosa colaboración de los que creyeron en su destino. Ciudad fabril, prolongación de la Capital Federal, antes unidas por el umbilical cordón que les prestaba el río, luego por el tímido puente, ya en desuso, que muestra sus entrañas a lo alto, y presentemente por su elevada y bifurcada moderna obra de ingeniería, ha sido y es un perenne canto al trabajo. Mucho ha tenido que ver con su crecimiento constante su privilegiada ubicación geográfica. Está “ahí nomás", a un paso, y es pasaje obligado hacia grandes centros de actividad y economía. Como ocurre siempre, ni el propio don Martín José de la Serna debe haber imaginado que su esfuerzo, su sueño por crear Barracas al Sud. llegaría a concretarse en este partido de la actualidad que, en su todo, es tan o más importante que algunas provincias argentinas. Revista Extra 04/1972 |