Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
"Cacho" Fontana El locutor que más vende |
Radio El Mundo se apresta a lanzar el año próximo una serie de
programas matinales libres de la temible competencia de la
televisión, y para ellos se ha asegurado el concurso de Cacho
Fontana en su condición de "astro" de la locución comercial,
consagrado así por aplastante estadística popular. Ese "Fontana
Show" reunirá en torno de su figura central y dentro de un nuevo
enfoque radiotelefónico a todo acontecimiento, noticia o
personalidad que pueda interesar al auditorio. Saldrá al aire a
partir del 1? de abril, de lunes a viernes, de 10 a 11.![]() R.—Yo Particularmente creo que el locutor, como todo profesional, nace con una pequeña o gran predisposición para lo que ha elegido como definitivo en su vida; pero también además de esto, que muchos tenemos, hace falta un poco de cultura, bastante escuela y mucha práctica. Cuando Salinas, Brizuela, Marconi y yo empezamos a hacer locución se trabajaba mucho y se ganaba muy poco; nos gustaba, era lo nuestro y lo hacíamos con verdadero cariño; por esto nos duele enormemente saber que hay infinidad de personas que quieren ser locutores para ganar mucho dinero. P. — ¿Es usted el creador de su propia personalidad? R.— Mi Personalidad nació pura y exclusivamente del valor de mis palabras, o mejor, de mi manera de decir, pausada, martillada tal vez. defecto que me obligó en los comienzos de mi carrera a abandonar una emisora de primera categoría y que se debe a mi mala manera de respirar. De allí mis frases cortadas y enfáticas. Por esto, cuando me dicen que me imitan, yo lo mego terminantemente, pues no creo existan en Buenos Aires muchas personas con mi mismo problema, ¿verdad? P. — Actualmente es usted el locutor que más vende ; Por qué? R. —Por que yo soy el primer convencido de cuanto digo; he tratado en lo posible de rodearme de las mejores marcas para estar seguro de que al decir: esto es mejor, es mejor auténticamente. Le diré también que como vendedor le doy a estas firmas la exclusividad. —¿Usted declara firmemente que en televisión no hay trenzas que impidan la locución a cualquiera? R.— Cualquiera puede hacer locución; se acabaron las trenzas en TV y hoy somos nosotros mismos los que queremos que aparezcan valores nuevos. P.- ¿Ha pensado alguna vez en hacer animación? R. He tenido oportunidad de ver en los sets de Nueva York a los principales “maestros de ceremonias”, donde el animador es algo así como la figura central del programa Todo lo que ocurre durante la trasmisión debe salir y girar en torno de él, lo cual exige mucha responsabilidad. Por ahora prefiero seguir siendo simplemente un locutor comercial y más adelante ya veremos. Yo quiero y valoro mucho mi profesión. Es por esto que trato de cumplir de la mejor forma posible con quienes me brindan su confianza y estoy alerta contra los oportunistas que buscan sacar facetas monetarias y provechosas de todo esto. Imagínese Ud. que a mí me han ofrecido cosas tan absurdas como éstas: correr en turismo de carretera para una determinada marca de coche, hacer giras por los barrios vestido con traje de gaucho y acompañado por guitarras, filmar fotonovelas, etcétera. P.— Si pudiese hablar a los televidentes, ¿qué le diría Ud. a su público? R- Que ansío encontrarme con todas las personas que me permiten entrar en su casa a través del televisor, decirles también que soy un hombre común, que admiro a Chaplin, me gusta el buen cine, el fútbol. . . Quiero que me vean como soy: simple, sencillo y no como un fenómeno; y así puedan admitir que a Cacho Fontana le guste con locura la pizza y no me ocurra lo que me pasó la semana anterior: En un intervalo de mi trabajo y con un hambre de locura entré en un local muy popular de la calle Corrientes, y cuando estaba devorando mi porción de pizza, acompañada, por supuesto, por el clásico vaso de tinto, escuché muy cerca mío el siguiente diálogo entre dos muchachos: “Che. mirá ese que está ahí. ¿No es Fontana?” El otro me mira y con gesto sobrador le responde. “No, estás loco. ¿Tan tirado va a estar?” p —“Jorge Fontana”. ¿Es éste su verdadero nombre? R. — No, yo me llamo Norberto Palese. Pero preferí cambiármelo porque en la escuela primaria, después en la secundaria y, finalmente, en el servicio militar mis compañeros me tenían loco repitiendo el estribillo de “Palese que sí. Palese que no”. Revista Platea 23.12.1960 |