Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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Libros también... MAS ALLA DEL BOMBO Lo que intentamos hacer es muy simple. Argentina está dividida por opciones y “slogans” que falsifican y que empujan a consumir deformaciones. La “última novedad” en la materia es la separación entre “viejos y jóvenes”. Ridícula. Hoy intentamos esclarecer —es nuestra misión— y sin hacer partidismo de ninguna especie, sino buceando en rigores históricos, otro de los conceptos repetidos y que malversan verdades. La idea de que el “peronismo no es un pensamiento” y que carece de clase dirigente y que se agota en ‘'el bombo, la marcha y las alpargatas”. Se juega con folklorismo puro, nada desdeñable, por supuesto; pero cuando usted omite, también miente. Alfredo Gómez Morales, Antonio Cafiero, Roberto Ares, Julio Pallares, en el campo económico, por no citar sino a unos pocos; Oscar Ivanisevich, Ricardo Finocchieto, Ramón Carrillo, Jorge Taiana, Raúl Matera, en el área médico-científica; Diego Luis Molinari, Ernesto Palacio, Joaquín Díaz de Vivar, Ernesto Guillot, Ernesto Bavio, John William Cooke, Guillermo Antille y tantos otros en el escenario histórico-político; Leopoldo Marechal, Homero Manzi, Horacio Rega Molina o Enrique Santos Discépolo, por exponer, de paso, valores culturales, reflejan la “otra cara” del peronismo que se intenta no ver ni averiguar. Pero dejamos que hablen protagonistas sobre esta ocultación. LA CULTURA ES POPULAR O NO ES CULTURA Fue el lema del Plan Quinquenal peronista. Así lo recuerda Cátulo Castillo, secretario de Cultura durante el gobierno de Perón, uno de los máximos poetas populares argentinos, autor de grandes éxitos tangueros. Recuerda a la SADE, que según se decía en aquellos años se trataba de un nucleamiento antiperonista, acaso por pretendidas razones de castas y en relación a un concepto de élites culturales o literarias que la filosofía justicialista trató de desterrar. El «slogan» aquél de «alpargatas sí libros no» es una estupidez, pero se usó contraponiendo la Universidad al mundo obrero, condenado a la ignorancia por el fracaso de las previsiones sociales. Pero el mundo marcha hacia adelante y la profunda razón del pensamiento que modela la sociedad argentina actual coincide con el del general Juan Domingo Perón; sería, en cambio, «zapatillas sí, libros también ...». ”La burguesía, el conservadorismo, las clases sociales del privilegio o las del pseudoderecho a ser inteligentes o de poseer talento creador no es la potestad de los apellidos ni de las herencias. La alpargata resulta anacrónica, pero lo es más el concepto de que las expresiones de la cultura son atributo de los empingorotados sillones dorados de una minoría exclusivista.” JUZGA RAUL MATERA “Si es verdad que existe un aparato cultural (que pretenda simbolizar al peronismo como un periodo de la anticultura), podría señalarse que tal aparato hace tiempo que ha perdido la fuerza original”, sostiene Raúl Matera, uno de los neurocirujanos más prestigiosos del mundo. Afirma también que la actitud de la inteligencia argentina frente al peronismo ha variado fundamentalmente. Y se adentra en la historia del proceso: “Si nos atenemos a la generación antiperonista clásica —cuya posición de negación fue análoga a la de los «proscriptos» frente a Rosas—, cabe decir que su número y calidad se han reducido notablemente por razones demográficas. La generación alienada, desubicada, que estuvo con la Unión Democrática en 1946 y con la Revolución Libertadora, en el 55, está hoy en franca decadencia y en proceso de desaparición. No es difícil comprobar que las nuevas generaciones de escritores, artistas y científicos asumen todos los días un compromiso militante que los lleva al peronismo o, cuando menos, a una justa comprensión de ese movimiento de masas. Honestamente me parece difícil que hoy exista una actitud generacional integral que crea en verdad en un «slogan» de batalla como el que se agitó en 1945: «alpargatas sí, libros no». Los pocos representantes de esa élite se siguen cobijando en la estructura colonial que pugna por sobrevivir a la quiebra general; pero ellos son el pasado”. LA SADE La SADE fue el reducto de los escritores e intelectuales antiperonistas durante la época de Perón. Según la leyenda tejida sobre el peronismo, se supone que los escritores vivían en las catacumbas de las resistencias antiperonistas, lejanos al oropel de los premios y resignados a guardar sus originales, que ni en sueños se verían impresos. Una recorrida por la lista de premios, las novedades editoriales aparecidas durante la “época” y el anuncio de conferencias que se publicaba diariamente pueden deparar alguna sorpresa. La revista "Dinamis" en una reciente investigación-descubre que “muchos de los escritores que firmaron furiosos manifiestos antiperonistas cuando cayó el gobierno de Perón, habrían sido asiduos colaboradores de las publicaciones oficiales del peronismo. Varios de ellos, como Vicente Barbieri, Leónidas Barletta. Fermín Estrella Gutiérrez. Pedro Miguel Obligado, José Luis Lanuza y Eduardo Mallea, acumularon premios nacionales y municipales a la vez que editaban sin inconvenientes mayores. Luego Borges diría que “en la época depuesta, todo premio era un soborno”. Todo indica que estos escritores no vivían demasiado sumergidos por su antiperonismo. Paradójicamente, se da el caso de que los oficialistas, como Leopoldo Marechal. sufrían más por su adhesión al régimen que los opositores. Es que el aparato cultural, la infraestructura, seguía manejada por la cultura liberal, europeizante y elitista. “Se quedó sin muchos amigos —recuerda Elbia Rosbaco ; la conducta de mi esposo contribuyó para que los ataques personales y las estocadas no hicieran blanco”. Es que Marechal estuvo diez años sepultado por la conspiración del silencio, cerrada a su alrededor luego de la caída del peronismo. Si los escritores antiperonistas editaron, emitieron sus opiniones y recibieron premios y becas durante esos diez años, luego -caído Perón- serían implacables para quienes los habían apoyado. Cátulo Castillo recuerda que “cuando Perón nombró presidente de la Comisión de Cultura (equivalente a la Secretaría Nacional de Cultura) a un fanguero, tocó el techo del desafío al pacaterismo social asumiendo una responsabilidad especial por su actitud. De la misma manera en que abrió las puertas del teatro Colón a los «cabecitas negras» mediante funciones populares gratuitas, poniendo en el bolsillo de otra realidad filosófica auténticamente argentina el sonrojo alarmado de los propietarios del buen gusto. Cuando se levanta la bandera de que «la cultura es popular o no es cultura», allí está la respuesta a la otra condición de aquel exclusivismo cultural para las referidas minorías de una sociedad de exquisitos”. EXTRA: ¿SI fuese cierta la hipótesis de que el peronismo descuidó la cultura, a qué se debió? CATULO CASTILLO: Siempre he pensado que una cultura excede en mucho al rotulado característico conque se embalsama y se reduce. Hay una pluralidad de gamas que van desde la cultura social a la cultura física, pasando por la cultura política, la artística, la deportiva o la científica. . . Perón no tenía un partido, tenía una filosofía, y para ella un destinatario masivo, con la intuición que poseen las masas a las que había que dotar de conocimiento, amparándolas. El “aluvión zoológico” del sarcasmo tenía que acceder en pluralidad a una conciencia política y nacional, a la que se dirigieron todos los esfuerzos que afirmarían el aserto sabio: “La cultura es popular o no es cultura”. Hoy, como en la década del gobierno peronista, los líderes obreros discuten mano a mano con los políticos profesionales y los generales; exponen sus tesis y defienden sus principios desde una tribuna que fundó el milagro social que esa filosofía entraña. Una cosa muy seria, a la que yo me permito llamar cultura. ♦ ALGUNOS NOMBRES DE LA INTELIGENCIA DURANTE ESE GOBIERNO LITERATURA-TEATRO Juan José Pontferrada. Claudio Martínez Paiva, José María Fernández Unsain. Alberto Vaccarezza Juan Zocchi. POESIA José María Castiñeira de Oios, León Benarós. Alberto Franco. Rafael Jijena Sánchez. César Tiempo, Francisco Luis Bernárdez. Horacio Rega Molina, Nicolás Olivari, María Granata, Arturo Cambours Ocampo. Joaquin Linares, Salvador Merlino, Luis Alberto Murray. Juan Pinto, Leónidas Lamborghini, Julio Ellena de la Sota, Elias Castelnuo-vo. J. Carlos Dávalos, Homero Manzi, Homero Guglielmini, M. Angel Speroni, José María Samperio. Miguel Tejada. Jorge Melazza Muttoni, Carlos Obligado. Alfonso Sala González NOVELA Enrique Amorín, Arturo Cerretani. Enrique Wernicke, Luisa Sofovich, Hugo Wast (Martínez Zuviría), Manuel Gálvez, Hipólito Paz (ex canciller), Julia Prilutzky Farny, Pablo Ramella (jurisconsulto), Santiago Ganduglia, Leopoldo Marechal, Luis Horacio Velázquez. José Blancoamor, Helvio Botana, Armando Cascella, Arturo Cancela. Irma Cairoli, José Arce, Jorge Perrone, Juan C. Albamonte (Américo Barrios). Héctor Villanueva. Rosa Bazán de Cámara. ENSAYO-HISTORIA Ernesto Palacio. Ignacio B. Anzoátegui, Arturo Berenguer Carisomo, Arturo Jauretche, Vicente Sierra. Carlos Ibarguren, José María Rosa, César Ouirós, Eduardo S. Castilla, Luis Soler Cañás. José Torres Revello, Tomás de Lara, Ramón Doll, Dardo Corvalán Mendilaharzu (historiador, especialista en símbolos patrios, asesor de Perón en la concepción del monumento al descamisado). José Gobello (lunfardólogo). Enrique Pavón Pereyra. Juan Alfonso Carrizo (primer investigador folklórico argentino). Raúl Scalabrini Ortiz, Fermín Chávez, Francisco Muñoz Azpiri. Afilio Garda Mellid, Juan Draghi Lucero, Ignacio Pirovano (director Museo Nacional Arte Decorativo). FILOSOFIA Pedro Baldasarre. Tomás Cáceres (jurisconsulto), Leonardo Castellani (teólogo). Hernán Benítez (teólogo). Arturo Sampay (jurisconsulto). CIENTIFICOS Raúl Matera, Ramón Carrillo. Jorge Alberto Taina, Finocchietto (hermanos). José Imbelloni (antropólogo), Oscar Ivanisevich. Federico Daus (geógrafo) Lucila de Gregorio Lavié La actualización de esta lista, con la incorporación de la “generación del 55”. es un trabajo pendiente para EXTRA. Los cerebros volcados al peronismo, después de su caída, componen un resultado tan amplio como notable. Con el aditamento de la juventud de las nuevas camadas. Revista Extra 11/1971 |