Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasad
o




Beatles


Los Beatles
Final a toda orquesta
Déjalo ser, último film de Los Beatles, podría constituir una sincopada carta de despedida del grupo como tal. Un espontáneo y delirante ensayo que invita a desear la reconciliación del cuarteto

Los dos circunspectos policías londinenses miran con preocupación hacia uno y otro lado, desorientados por los grupos de personas que, sorteando ágilmente una tupida maraña de cables y aparatos, deambulan en el mayor desorden por la amplia terraza sin hacer el menor caso a sus reclamos. Insistentemente, la atención de los policemen es atraída por el cuarteto de pelilargos que, indiferentes a todo lo que no sea su música y sus diálogos incomprensibles, ignoran también la solemne presencia de los uniformados. Abajo, en la estrecha callejuela de la city londinense, ardorosos corrillos discuten sobre la oportunidad del ensayo y la calidad de los intérpretes, ajenos totalmente a la descomunal congestión de tránsito que un solitario y desesperado sargento intenta disolver. Una cámara oculta se regodea en primeros planos y en situaciones divertidas que, a veces, bordean el ridículo, registra minuciosamente rostros, reacciones, actitudes: es, tal vez, la más hermosa y significativa escena de Déjalo ser, la última película de Los Beatles, filmada en vísperas de la disolución del conjunto y a punto de estrenarse en Buenos Aires.
A cuatro años de Socorro, prácticamente la última aparición "en vivo" del grupo para el cine —su presencia en El submarino amarillo fue de escasos minutos—, Los Beatles estructuraron este film como una larga improvisación en la que nuevamente se interpretan a sí mismos, esta vez con una cálida espontaneidad que asume todas las características de despedida. Porque esta vez no filmaron una película propiamente dicha: han documentado un estilo de vida —el propio— y una manera de elaborar la música que justifica, si hiciera falta, la vastedad de su influencia.
Déjalo ser es una incursión íntima en el promocionado mundo del cuarteto; a lo largo del film George Harrison, John Lennon, Paul McCartney y Ringo Starr interpretan una decena de canciones, conversan, bromean, comentan cada uno de los temas, descansan y hasta recuerdan su discutida incursión por las filosofías orientales. Como si fuera poco, los incondicionales podrán darse el gusto de ver en acción a Joko (textual en la crónica) Ono, la delirante y enigmática japonesa, “estimulando" la creación de John Lennon —con pelo largo en ese entonces— y a la pequeña hijastra de Paul McCartney retozando en un movido ensayo.
La película fue estrenada en Londres a principios de junio y la ausencia de los célebres melenudos no evitó que en la premie se registraran escenas ya clásicas en todo acontecimiento que tenga alguna relación con ellos. Una vez más, los servicios de seguridad tuvieron arduo trabajo para controlar a la multitud de fanáticos que engrosaron generosamente el saldo de heridos, contusos y detenidos que el cuarteto ha contabilizado en su larga carrera. Testimonio de que tal vez la respuesta que George y Ringo dieran a un reportero europeo meses atrás, poco antes de la disolución del conjunto, haya sido algo más que una imagen retórica para consumo masivo. "El mundo está todavía girando —filosofaron—; y así nosotros y usted. Cuando cese de girar será el momento de preocuparse, no antes. Hasta entonces, Los Beatles estarán muy vivos y muy en el ruido, muy en el ruido."
Revista Siete Días Ilustrados
03.08.1970

Ir Arriba

Beatles