Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Revista Gente y la actualidad
Revista Gente y la actualidad
21.06.1973

DETRAS DE LA ESCENA
COMO SE HACE UN NUMERO ESPECIAL
Una semana antes del 25 de mayo empezaron a aparecer unos complejos papeles clavados en la gran pizarra de la secretaría de redacción. Nombres, horarios, direcciones, órdenes de desplazamientos, claves para emergencias, diagramas. Algo así como el "mapa de batalla", pero sin las banderitas. Ese fue el primer síntoma de este número especial que usted tiene en las manos. Por supuesto, todo ese plan de acción tenía un solo objetivo: cubrir a fondo, con todo, minuto a minuto, metro a metro, de una punta a otra del país, los hechos de ese 25 de mayo que se incorporaba rotundamente a la historia del país. Así, muchas horas antes del ingreso del presidente Cámpora al Congreso, el equipo de cronistas y fotógrafos más grande que hayamos movido en nuestros 8 años de vida entró en acción. En los lugares clave del Congreso, en los edificios más altos de la Avenida de Mayo, en el Salón Blanco, en las terrazas de la Casa Rosada, en todos los escenarios callejeros, en los domicilios de los nuevos ministros, en todas partes. Mientras tanto, hombres de guardia permanente en redacción recibían las fotografías y las informaciones de todo lo que pasaba en el interior, y otros coordinaban los distintos operativos, que sufrían modificaciones totales respecto de lo que estaba previsto de antemano. "No hay desfile." "Se suspendió el Tedéum para mañana." "Una manifestación se desplaza hacia Villa Devoto." "Cámpora cambió su programa a última hora." Estas noticias obligaban a veloces virajes, a reuniones de emergencia, a vigilia apoyada por litros de café y toneladas de tabaco. Fueron cuatro días. Al cabo de ese tiempo, el balance físico era poco común: teníamos gente agotada, enferma —para colmo hay un aluvión de gripe—, con los nervios de punta y muchas ganas de dormir una semana seguida. Pero por otro lado teníamos cifras que nos hacían "sacar pecho": habíamos empleado a la redacción íntegra, habíamos utilizado más de 2.400 horas-auto (contando las interminables esperas), habíamos llenado kilómetros de carillas con informes, anécdotas, chimentos, declaraciones y reportajes exclusivos. Y —lo mejor— teníamos más de 4.000 fotografías en nuestra mesa de trabajo, un mérito que se reparten con justicia Tito Carreño, Aldo Alessandrini, Ricardo Alfieri padre y Ricardo Alfieri hijo, Eduardo Klenk, Eduardo Frías, Antonio Legarreta, Juan Fernández, Eduardo Giménez, Humberto Speranza, Aldo Abaca, Héctor Maffuche, Enrique Bíanco, Alberto Rodríguez, Jaime González Cociña, Rodolfo Solari, Ki-Chul-Bae y Eduardo Forte. Y esta vez —y nos alegramos— no nos nombramos nosotros para que esta lista no parezca la guía telefónica. Por supuesto, a este operativo se le agregaron las guardias especiales de diagramación y de taller, con las que podríamos contar también cien historias. El martes, el suelo de la redacción era una alfombra de papeles, de restos de un duro combate. Se parecía —lo juramos— a la Plaza de Mayo el 26 a la mañana. Y con razón. El 25, al país y a nosotros nos había pasado la misma cosa.

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