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—¿Qué significa estudiar "lo necesario"?
—Significa que hice la primaria, que aprendí a
leer, a sumar y a restar. Eso no era mucho pero
debía servirme y me sirvió. Mi casa era de
extracción muy humilde y tuve que empezar a
trabajar antes de terminar la primaria. Estudiar
era un lujo, era soñar. Las cosas no estaban
para sueños. Había que salir a la calle a
"pelarse" y salí. —¿Qué hizo en la calle?
—Ganar el peso de mil maneras. Trabajé como
cadete en una farmacia, de ayudante en una
carnicería, en una tejeduría, en una herrería;
vendí de todo. Por ejemplo, dejaba manteles
bordados en las casas y los pasaba a cobrar o
retirar al otro día. Más adelante también
correteé perfumes y en la etapa más holgada fui
pintor de obras. Mis años más prósperos los tuve
vendiendo galletitas. —¿Quiere decir que
aparte de vender de vez en cuando "metía la mano
en la lata" y sacaba algunas galletitas?
Alterio larga la cabeza para atrás; se ríe. Como
a los pibes, se le forman dos hoyitos.
—Je..., je, en la lata de galletitas no metía la
mano, pero no puedo negar que en algún momento
de los más apretados hice contrabando hormiga
con cartones de cigarrillos, en el puerto.
También pegué carteles. De todo hice. —¿Y el
teatro a qué hora? —Todo lo hacía para
subsistir, con subsistir me conformaba. El
teatro lo hacia a la noche, cuando ya había
juntado los pesos para comer. Foto de Eduardo
Klenk aparecida en reportaje de Rodlfo E.
Braceli para revista Gente y la Actualida,
03.08.1972
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